SEMINARIO DEL CAMPO FREUDIANO DE BILBAO

acbi-log-redicf

15 de octubre 2016 | 15:30 – 20:30 horas

EL INSTANTE DEL FANTASMA

PRESIDE

JEAN-LOUIS GAULT

 

COORDINAN:

Paloma Larena | Félix Rueda | Francesc Vilà

 

PRESENTAN CASO

Margarita Álvarez, Barcelona | Carmen Carceller, Valencia | Carmen Conca, Zaragoza | Carmen Cruz, San Sebastián | Josep María Panés, Barcelona | Juan Carlos Ríos, Granada

 

El paciente neurótico se queja del dolor que sus síntomas le producen. No acude al analista a lamentarse de su fantasma, ya que por el contrario, obtiene de él placer. Por ello y porque se presenta en contradicción con sus valores morales, lo conserva como una parcela íntima y oculta, que generalmente le avergüenza.

Freud situó la fantasía -en su conferencia «El poeta y la fantasía»- como sustituta adulta del juego infantil. Siendo el ejemplo mayor de juego del que disponemos el de su nieto, quien simbolizó la ausencia de su madre con el famoso juego del fort-da. Es decir, el juego surge como una respuesta a la ausencia materna y por tanto frente a la pregunta por su deseo. El fantasma ocupará esta misma función de defensa frente a la emergencia del deseo del Otro, compartirá la dimensión de placer del juego, de dominación parcial del deseo del Otro y de la angustia que provoca, situándose como soporte del deseo del sujeto.

Su abanico se extiende desde los sueños diurnos, al alcance consciente del sujeto, hasta lo más ignorado para el sujeto mismo. Ya que en sentido estricto, el fantasma que Lacan califica como “fundamental” (1), es una frase o un axioma que siempre es construido, incluso cuando parece recordado.

El análisis particular de un sujeto confluye en la obtención de ese fantasma fundamental, que es el residuo de la interpretación del síntoma, y que se reduce cada vez más a un instante esencial, sin dimensión temporal y de valor traumático. Se trata no solo de obtener este fantasma fundamental, sino de una modificación de la relación del sujeto con lo que el fantasma cubre, lo real de los acontecimientos de la vida. Ya que “lo real es soporte del fantasma, el fantasma protege lo real” (2).

Si en los años ochenta Jacques-Alain Miller propuso, como fundamental para la dirección de la cura, la división clínica entre síntoma y fantasma –formalizando de este modo la entrada en análisis en relación al síntoma y el final en términos de atravesamiento del fantasma (3)-, recientemente ha afirmado que referirse al fantasma, al logos que interpreta los estilos de desear o sublimar la vida (4), no solo para el fin de análisis, daría una mayor precisión y color a nuestras evocaciones clínicas.

Incluso si éstas son casos de psicosis y su gama se extiende desde la primera ficción fantasmática consciente de Schreber –“Qué bello sería ser una mujer en el acto de copular”- que progresivamente invade y se transforma en una significación única, deviniendo este fantasma en real (5). A aquellos casos en los que la ausencia de fenómenos extraordinarios nos sitúan en una clínica del “desierto de la metonimia de la falta forclusiva” (6) y que nos confrontan con los signos ínfimos de la forclusión (7).

En este sentido, los casos de la conversación pueden dar cuenta de los diversos momentos de construcción, franqueamiento del fantasma o estabilización a lo largo de una cura.

 

Paloma Larena, Félix Rueda y Francesc Vilá

 

_________________________________________
(1) Lacan, J.: El seminario. Libro 6. El deseo y su interpretación. Buenos Aires: Paidós, 2014, p. 434
(2) Lacan, J.: El seminario. Libro 11. Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis. Buenos Aires: Paidós,1973, p. 49
(3) Fantasma y pulsión serán fusionados en la última enseñanza de Lacan en el sinthome, como modo de gozar
(4) Lacan, J.: El seminario. Libro 6. El deseo y su interpretación. Buenos Aires: Paidós, 2014, p. 534 y siguientes
(5) Miller, J.-A.: A propósito de la psicosis: Síntoma y fantasma. En: Introducción a la clínica lacaniana. Barcelona: ELP-RBA, 2006, p. 43
(6) Miller, J.-A. y otros: Los inclasificables de la clínica psicoanalítica. Buenos Aires: Paidós, 1999, p. 414
(7) Miller, J.-A. y otros: Desarraigados. Buenos Aires: Paidós, 2016, p. 52 y siguientes

 

 


 

Auditorio del BBF (Bilbao Berrikuntza Factoria)
Paseo de Uribitarte, 3 48001 Bilbao

De la imagen: Fantasma (Anish Kapoor)

 


 

COMISIÓN DE ORGANIZACIÓN

Cristina Califano (responsable), Pablo Cardona, Consuelo González, Jorge Lastra y María Verdejo

COMISIÓN BIBLIOGRÁFICA

Pablo Cardona, Bárbara Gallastegui, Iñigo Martínez, Cosme Sánchez y Rosa Úriz

 


S C F B I   |  AVDA. UNIVERSIDADES, 2 – 48007 BILBAO TEL.: 944454100 – WWW .SCFBI-ICF.NET

SEMINARIO DEL CAMPO FREUDIANO DE BILBAO

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15 de octubre 2016 | 15:30 – 20:30 horas

EL INSTANTE DEL FANTASMA

PRESIDE

JEAN-LOUIS GAULT

 

COORDINAN:

Paloma Larena | Félix Rueda | Francesc Vilà

 

PRESENTAN CASO

Margarita Álvarez, Barcelona | Carmen Carceller, Valencia | Carmen Conca, Zaragoza | Carmen Cruz, San Sebastián | Josep María Panés, Barcelona | Juan Carlos Ríos, Granada

 

El paciente neurótico se queja del dolor que sus síntomas le producen. No acude al analista a lamentarse de su fantasma, ya que por el contrario, obtiene de él placer. Por ello y porque se presenta en contradicción con sus valores morales, lo conserva como una parcela íntima y oculta, que generalmente le avergüenza.

Freud situó la fantasía -en su conferencia «El poeta y la fantasía»- como sustituta adulta del juego infantil. Siendo el ejemplo mayor de juego del que disponemos el de su nieto, quien simbolizó la ausencia de su madre con el famoso juego del fort-da. Es decir, el juego surge como una respuesta a la ausencia materna y por tanto frente a la pregunta por su deseo. El fantasma ocupará esta misma función de defensa frente a la emergencia del deseo del Otro, compartirá la dimensión de placer del juego, de dominación parcial del deseo del Otro y de la angustia que provoca, situándose como soporte del deseo del sujeto.

Su abanico se extiende desde los sueños diurnos, al alcance consciente del sujeto, hasta lo más ignorado para el sujeto mismo. Ya que en sentido estricto, el fantasma que Lacan califica como “fundamental” (1), es una frase o un axioma que siempre es construido, incluso cuando parece recordado.

El análisis particular de un sujeto confluye en la obtención de ese fantasma fundamental, que es el residuo de la interpretación del síntoma, y que se reduce cada vez más a un instante esencial, sin dimensión temporal y de valor traumático. Se trata no solo de obtener este fantasma fundamental, sino de una modificación de la relación del sujeto con lo que el fantasma cubre, lo real de los acontecimientos de la vida. Ya que “lo real es soporte del fantasma, el fantasma protege lo real” (2).

Si en los años ochenta Jacques-Alain Miller propuso, como fundamental para la dirección de la cura, la división clínica entre síntoma y fantasma –formalizando de este modo la entrada en análisis en relación al síntoma y el final en términos de atravesamiento del fantasma (3)-, recientemente ha afirmado que referirse al fantasma, al logos que interpreta los estilos de desear o sublimar la vida (4), no solo para el fin de análisis, daría una mayor precisión y color a nuestras evocaciones clínicas.

Incluso si éstas son casos de psicosis y su gama se extiende desde la primera ficción fantasmática consciente de Schreber –“Qué bello sería ser una mujer en el acto de copular”- que progresivamente invade y se transforma en una significación única, deviniendo este fantasma en real (5). A aquellos casos en los que la ausencia de fenómenos extraordinarios nos sitúan en una clínica del “desierto de la metonimia de la falta forclusiva” (6) y que nos confrontan con los signos ínfimos de la forclusión (7).

En este sentido, los casos de la conversación pueden dar cuenta de los diversos momentos de construcción, franqueamiento del fantasma o estabilización a lo largo de una cura.

 

Paloma Larena, Félix Rueda y Francesc Vilá

 

_________________________________________
(1) Lacan, J.: El seminario. Libro 6. El deseo y su interpretación. Buenos Aires: Paidós, 2014, p. 434
(2) Lacan, J.: El seminario. Libro 11. Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis. Buenos Aires: Paidós,1973, p. 49
(3) Fantasma y pulsión serán fusionados en la última enseñanza de Lacan en el sinthome, como modo de gozar
(4) Lacan, J.: El seminario. Libro 6. El deseo y su interpretación. Buenos Aires: Paidós, 2014, p. 534 y siguientes
(5) Miller, J.-A.: A propósito de la psicosis: Síntoma y fantasma. En: Introducción a la clínica lacaniana. Barcelona: ELP-RBA, 2006, p. 43
(6) Miller, J.-A. y otros: Los inclasificables de la clínica psicoanalítica. Buenos Aires: Paidós, 1999, p. 414
(7) Miller, J.-A. y otros: Desarraigados. Buenos Aires: Paidós, 2016, p. 52 y siguientes

 

 


 

Auditorio del BBF (Bilbao Berrikuntza Factoria)
Paseo de Uribitarte, 3 48001 Bilbao

De la imagen: Fantasma (Anish Kapoor)

 


 

COMISIÓN DE ORGANIZACIÓN

Cristina Califano (responsable), Pablo Cardona, Consuelo González, Jorge Lastra y María Verdejo

COMISIÓN BIBLIOGRÁFICA

Pablo Cardona, Bárbara Gallastegui, Iñigo Martínez, Cosme Sánchez y Rosa Úriz

 


S C F B I   |  AVDA. UNIVERSIDADES, 2 – 48007 BILBAO TEL.: 944454100 – WWW .SCFBI-ICF.NET

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15 de octubre 2016 | 15:30 – 20:30 horas

EL INSTANTE DEL FANTASMA

PRESIDE

JEAN-LOUIS GAULT

 

COORDINAN:

Paloma Larena | Félix Rueda | Francesc Vilà

 

PRESENTAN CASO

Margarita Álvarez, Barcelona | Carmen Carceller, Valencia | Carmen Conca, Zaragoza | Carmen Cruz, San Sebastián | Josep María Panés, Barcelona | Juan Carlos Ríos, Granada

 

El paciente neurótico se queja del dolor que sus síntomas le producen. No acude al analista a lamentarse de su fantasma, ya que por el contrario, obtiene de él placer. Por ello y porque se presenta en contradicción con sus valores morales, lo conserva como una parcela íntima y oculta, que generalmente le avergüenza.

Freud situó la fantasía -en su conferencia «El poeta y la fantasía»- como sustituta adulta del juego infantil. Siendo el ejemplo mayor de juego del que disponemos el de su nieto, quien simbolizó la ausencia de su madre con el famoso juego del fort-da. Es decir, el juego surge como una respuesta a la ausencia materna y por tanto frente a la pregunta por su deseo. El fantasma ocupará esta misma función de defensa frente a la emergencia del deseo del Otro, compartirá la dimensión de placer del juego, de dominación parcial del deseo del Otro y de la angustia que provoca, situándose como soporte del deseo del sujeto.

Su abanico se extiende desde los sueños diurnos, al alcance consciente del sujeto, hasta lo más ignorado para el sujeto mismo. Ya que en sentido estricto, el fantasma que Lacan califica como “fundamental” (1), es una frase o un axioma que siempre es construido, incluso cuando parece recordado.

El análisis particular de un sujeto confluye en la obtención de ese fantasma fundamental, que es el residuo de la interpretación del síntoma, y que se reduce cada vez más a un instante esencial, sin dimensión temporal y de valor traumático. Se trata no solo de obtener este fantasma fundamental, sino de una modificación de la relación del sujeto con lo que el fantasma cubre, lo real de los acontecimientos de la vida. Ya que “lo real es soporte del fantasma, el fantasma protege lo real” (2).

Si en los años ochenta Jacques-Alain Miller propuso, como fundamental para la dirección de la cura, la división clínica entre síntoma y fantasma –formalizando de este modo la entrada en análisis en relación al síntoma y el final en términos de atravesamiento del fantasma (3)-, recientemente ha afirmado que referirse al fantasma, al logos que interpreta los estilos de desear o sublimar la vida (4), no solo para el fin de análisis, daría una mayor precisión y color a nuestras evocaciones clínicas.

Incluso si éstas son casos de psicosis y su gama se extiende desde la primera ficción fantasmática consciente de Schreber –“Qué bello sería ser una mujer en el acto de copular”- que progresivamente invade y se transforma en una significación única, deviniendo este fantasma en real (5). A aquellos casos en los que la ausencia de fenómenos extraordinarios nos sitúan en una clínica del “desierto de la metonimia de la falta forclusiva” (6) y que nos confrontan con los signos ínfimos de la forclusión (7).

En este sentido, los casos de la conversación pueden dar cuenta de los diversos momentos de construcción, franqueamiento del fantasma o estabilización a lo largo de una cura.

 

Paloma Larena, Félix Rueda y Francesc Vilá

 

_________________________________________
(1) Lacan, J.: El seminario. Libro 6. El deseo y su interpretación. Buenos Aires: Paidós, 2014, p. 434
(2) Lacan, J.: El seminario. Libro 11. Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis. Buenos Aires: Paidós,1973, p. 49
(3) Fantasma y pulsión serán fusionados en la última enseñanza de Lacan en el sinthome, como modo de gozar
(4) Lacan, J.: El seminario. Libro 6. El deseo y su interpretación. Buenos Aires: Paidós, 2014, p. 534 y siguientes
(5) Miller, J.-A.: A propósito de la psicosis: Síntoma y fantasma. En: Introducción a la clínica lacaniana. Barcelona: ELP-RBA, 2006, p. 43
(6) Miller, J.-A. y otros: Los inclasificables de la clínica psicoanalítica. Buenos Aires: Paidós, 1999, p. 414
(7) Miller, J.-A. y otros: Desarraigados. Buenos Aires: Paidós, 2016, p. 52 y siguientes

 

 


 

Auditorio del BBF (Bilbao Berrikuntza Factoria)
Paseo de Uribitarte, 3 48001 Bilbao

De la imagen: Fantasma (Anish Kapoor)

 


 

COMISIÓN DE ORGANIZACIÓN

Cristina Califano (responsable), Pablo Cardona, Consuelo González, Jorge Lastra y María Verdejo

COMISIÓN BIBLIOGRÁFICA

Pablo Cardona, Bárbara Gallastegui, Iñigo Martínez, Cosme Sánchez y Rosa Úriz

 


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