Conversaciones Clínicas

Los sueños en el tiempo de la cura

 

26 octubre 2019

 

 

Preside

Fabian Fajnwaks

 

 

Coordinan

Cristina Califano, Gabriela Galarraga, Susana Genta

 

¿Cuál es el lugar del sueño en la cura? La pregunta nos remite inmediatamente a La Interpretación de los Sueños, obra crucial en la que Freud revela haber encontrado “la vía regia” del acceso al inconsciente. En ese texto de 1900, Freud plantea el sueño como cumplimiento del deseo del sujeto, susceptible de ser descifrado, interpretado, presentando incluso significaciones múltiples.

“El sueño figura un cierto estado de cosas tal como yo desearía que fuese; su contenido es, entonces, un cumplimiento de deseo, y su motivo, un deseo.” (1)

Pero estos sentidos posibles se encuentran con un límite, el “ombligo del sueño”, punto de detención de las asociaciones, que emerge “en el momento en que se cesa de soñar para que el dormir quede al abrigo del goce”, tal como señala Esthela Solano-Suárez en la lectura que hace acerca de la interpretación. (2)

En Freud, la función del sueño es la de proteger el dormir. Allí donde él se detiene, Lacan nos muestra que el despertar persigue el mismo fin. Despertamos para seguir soñando, el despertar a la realidad es sólo una fuga ante lo real. Ese despertar que se anuncia en el sueño; cuando se aproxima, como sostiene Miller siguiendo a Freud, “a aquello de lo cual el sujeto nada quiere saber”. (3)

En La Tercera, Lacan dice: “tengo todo el derecho de compartir mis sueños con ustedes. Al revés de los de Freud, no están inspirados por el deseo de dormir. Lo que me mueve más bien es el deseo de despertar” (4). Lacan nos orienta en una solución lógica a lo indecible de la interpretación del sueño. ¿Cuál es entonces el sentido sueño? El sentido sexual, lo que no cesa de no escribirse en tanto “No hay rapport sexual”, real imposible de escribir.

Ya desde el inicio de su enseñanza, en el Seminario 2, Lacan plantea el tema de la interpretación del sueño y nos incluye en tanto analistas, en el sueño del sujeto. “En un análisis no sólo intervenimos en tanto que interpretamos el sueño —si es cierto que lo interpretamos—, sino que como ya estamos, a título de analistas, en la vida del sujeto, ya estamos en su sueño” (5). Orientados con la brújula de la transferencia.

¿Qué nos guía en la interpretación de un sueño?, “no es ciertamente ¿qué quiere decir  eso?, sino ¿qué es lo que, al decir, eso quiere? (6)

La práctica lacaniana se orienta hacia la emergencia de lo real, aquello que no cesa de no escribirse, y es el analista con su presencia el que testimonia del deseo de despertar: “Sí, hay encuentro, pero no del analista, quien aloja su función en el lugar del semblante, sino encuentro de lo real” (7). Es a través de esto que se abre una vía para poder cernir algo de aquello que resiste al sentido, para producir un hallazgo que, a partir de lo imposible, posibilite una invención.

 

Cristina Califano, Gabriela Galarraga, Susana Genta

 

 

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NOTAS:

  1. S. Freud. La interpretación de los sueños. Obras Completas, vol. 4. Buenos Aires, Amorrortu, pág. 139.
  2. E. Solano-Suárez.  Los límites de la interpretación.  Papers del Comité de Acción de la Escuela Una, No. 7, julio, 2003.
  3. J.- A. Miller. Despertar.  Matemas 1. Buenos Aires, Manantial, 1987, pág. 120.
  4. J. Lacan. La tercera. Intervenciones y textos 2, Buenos Aires, Manantial, 1988.
  5. J. Lacan. El Seminario, libro 2: El Yo en la Teoría de Freud y en la Técnica Psicoanalítica. Buenos Aires, Paidos, pág. 232.
  6. J. Lacan.  El Seminario, libro 16: De un Otro al otro. Buenos Aires, Paidos, pág. 183.
  7. J.-A. Miller. Op. cit., pág. 120.