Conversaciones Clínicas

Sueños, delirios, fantasías

 

21 octubre 2023

 

 

 

 

 

Presidente: Fabián Fajnwaks

 

 

Coordinadores: Rosa López | Patricia Tassara | Antonio Múgica

 

 

 

¡¡Ya está disponible la Web de la XI CONVERSACION CLÍNICA, no os la perdáis!!

 

https://conversacionantenaclinicabilbao.com/

 

 

 

 

AUDITORIO BBF
PASEO URIBITARTE 3 – BILBAO

15:30 – 20:00

 

 

 

El título de esta Conversación Clínica, se inspira en la Conferencia de presentación para el próximo Congreso de la AMP 2024 de J.-A. Miller (1), cuyo tema será el aforismo de Lacan: Todo el Mundo es Loco. Allí Miller nos ubica la cita completa de dicho aforismo: “Él, Freud, consideró que nada es sino sueños, y que todo el mundo es loco, es decir delirante”. Y a continuación, J.-A. Miller nos indica: “La tesis concentrada en esta frase concierne a la vez al sueño, la locura y al delirio y es necesario que sean desplegadas”.

Vemos una sutil diferencia entre; los términos tomados por Miller: sueño, locura, delirio, y el título propuesto para esta conversación clínica: sueños, delirios, fantasías. ¿Cómo pensar estos tres términos en relación a la clínica de nuestra época?

Los sueños, esa vía regia de acceso al inconsciente, son para Freud el cumplimiento de un deseo posible de descifrar, mientras que para Lacan, no despertamos de la enfermedad mental que es nuestro inconsciente (2). “Nada es sino sueños”, afirmación que sin duda sostiene una primacía de lo imaginario, sin embargo, soñamos para dar respuesta lo real. Freud ya había abordado los límites de lo interpretable. ¿Acaso el sueño en sí mismo no es una interpretación ficcional con la que el parlêtre delira y fantasea para no despertar? ¿Cuál es entonces la orientación analítica que conviene a un psicoanalista en la dirección de la cura con ese soñar que no quiere despertar? ¿Cómo pensar el Uno del goce a nivel del sueño en cada ser hablante?

Se sueña “para ganar un plus de gozar más allá del deseo del Otro” (3). Para Lacan, la orientación clínica está destinada a despertar al analizante, pero es necesario calibrar el modo, la ocasión y los límites con que se aplica esta orientación que no debería ser tomada como un precepto o un ideal. No hay que olvidar que el propio Lacan fue quien dijo que el despertar absoluto conduce a la muerte y al final de su enseñanza borró toda jerarquía entre el deseo de dormir y el de despertar. Los sueños cumplen una función defensiva respetable, siempre y cuando el deseo de dormir no se apodere del resto de la existencia.

Los delirios, son colocados por Freud en la misma línea que los sueños. En el capítulo: “Relaciones entre el sueño y las enfermedades mentales” de la Traumdeutung, señala que hay casos en los que “la psicosis puede surgir de una vez con el sueño causal que entraña la idea delirante”. También indica que siendo normal la función de la vida diurna del paciente, la psicosis puede perdurar aún en la vida onírica (4). Freud afirma que serán los avances en relación al enigma de los sueños lo que nos permitirá esclarecernos con la psicosis.

Ahora bien, cuando al final de su enseñanza Lacan dice que “todo el mundo delira”, nos muestra que, ahora más que nunca, conviene no abandonar las distinciones entre la locura de todos y la especificidad de la psicosis, insiste en que no hay nada más propio del parlêtre que habitar en el delirio que la acción de la lengua determina. El analista, como el poeta, tiene la misión imposible de despertar a ese eterno soñante que es el ser hablante.

Por otra parte, ¿acaso el delirio no es una forma de reconstruir, recomponer el orden del sentido? Es la idea del delirio como intento de curación. Si bien -siguiendo el aforismo antes citado- “todo el mundo es loco, es decir, delirante”, esto no significa olvidar la clínica diferencial pues hoy Más que nunca se hace necesario mantener una discriminación entre la locura universal, del delirio y las psicosis” (5).

Fantasías y fantasma fueron términos psicoanalíticos con múltiples significaciones e incluso utilizados de forma indiferenciada. Freud utiliza la palabra phantasie– que en su uso coloquial refiere a todo aquello relacionado con la imaginación (6). Las fantasías tienen en Freud una función de consuelo ante la realidad, comenzando con los juegos infantiles y continuándose después con los sueños diurnos o el teatro privado de la histeria (7). Más tarde advendrá el viraje del trauma al fantasma cuando Freud deja de creer en sus histéricas. Es el momento a partir del cual la realidad será siempre la realidad psíquica, que en términos lacanianos es la realidad mediatizada por el aparato del fantasma.

Lacan acentúa la función de la fórmula fantasmática como soporte y regulación de la relación con el deseo y el Otro. El fantasma causa pero también divide al sujeto. Muestra el modo singular por el que un sujeto puede relacionarse con su mundo. ¿Cómo pensar la función de las fantasías en la clínica actual? ¿Podemos seguir sosteniendo que en la subjetividad de la época, las fantasías siguen teniendo el poder de evadir al sujeto de su realidad o acaso son los gadgets lo que procuran esa función? ¿Qué sucede con el fantasma hoy? ¿Hay una dilución del fantasma o una puesta en acto del mismo, por ejemplo, como derecho a gozar, con un acceso directo a la satisfacción vía el objeto?

Tanto Freud como Lacan llegaron a la conclusión de que en ningún caso hay despertar y que esa enfermedad mental que es el inconsciente, se desarrolla a través del soñar dormido, del fantasear despierto o del delirio del sentido con el que cada uno construye su mundo, “mundo que no es más que un sueño de cada cuerpo”. Esto nos podría llevar a dar a todas estas manifestaciones el mismo valor: ser respuestas a lo real del sexo. Pero eso supondría un aplanamiento de la clínica que nos obliga, como nos invitó a hacer J.-A. Miller, a desplegar, a diferenciar sueño, delirio y fantasías para ir de lo universal de “lo real” a la más sutil singularidad de “un real”.

El psicoanálisis, paradójicamente, no se enseña, porque no tiene nada de universal. Como dice Miller en la Conferencia citada, “no es en absoluto para todo el mundo. Es, si se me permite decirlo, para uno, para el Úno-solo. Sólo para él la interpretación puede dar lugar a un saber, que se desvanece cuando se pretende universalizarlo”, no obstante, precisamente por ser imposible, es, sin embargo, necesario (8).

Sin duda las presentaciones clínicas de esta próxima conversación, darán luz a estos y otros interrogantes por advenir.

 

 

Rosa López | Antonio Múgica | Patricia Tassara

 

 

Citas Bibliográficas

1. Miler J.-A., “Tout le monde est fou”. AMP 2024. , en La Cause du Désir 2022/3, N° 112, p. 48.
2. Lacan J., Seminario 24, inédito, clase del 17 de mayo de 1977.
3. Fajnwaks F., “El destino del deseo del Otro en los sueños del ultra-pase”, Scilicet. El sueño. Su interpretación y su uso en la cura lacaniana, Grama ediciones, año 2020, p. 126.
4. Freud S. “La interpretación de los sueños” Biblioteca Nueva, Tomo I, Madrid, 1981, p. 401-402.
5. López R., Texto de presentación del eje de trabajo, Ficción, discursos y delirios, para la XXI Jornada de la ELP, Todo el mundo está en su mundo. Soluciones singulares. https://todoelmundo.jornadaselp.com/et-ficcion-discursos-y-delirios/
6. Ventura O., El fantasma en la enseñanza de Lacan, Jacques Lacan. El Psicoanálisis y su aporte a la cultura contemporánea, Fondo de Cultura Económica, año 2017, p. 309.
7. Freud S., “Los dos principios del funcionamiento mental, (1911), Obras Completas, Tomo II, Biblioteca Nueva, Madrid, 1981, p. 1640.
8. Ibid.