Cristina Califano y Lurdes Agirregomezkorta*

Grupo de Investigación sobre el padre en la sociedad actual, Bilbao (1)

Este año en nuestro Grupo nos hemos acercado al texto de Silvia Tendlarz “Clínica de las versiones del padre”; texto complejo que aún estamos trabajando y que señala un binomio establecido entre las versiones del padre y la clínica.

La versión del padre es en definitiva aquello que funciona para un sujeto como lo vivo del padre; es decir cómo el padre se arregló con su goce y consintió volverse padre.

En el Seminario 3, Las Psicosis, Lacan plantea que la función de ser padre no es pensable de ninguna manera sin la categoría del significante.

Un significante es tal cuando ha sido inscrito en el orden de lo simbólico. Sólo en este orden el significante puede adquirir un sentido, un significado que se va estableciendo a través de la relación con otro significante. ¿Qué puede querer decir ser padre?, se pregunta Lacan en ese mismo Seminario.

Entonces, orientados como estamos por el psicoanálisis, entendemos que la familia es un espacio ocupado por una red de relaciones decidida, a veces, por una determinación biológica, pero siempre sublimada, por un vínculo, por una relación de palabra.

Y justamente es necesario que la noción de ser padre, luego de todos estos intercambios haya, alcanzado, el estado de significante primordial; Lacan nos orienta en el seminario antes mencionado “El sujeto puede saber muy bien que copular es realmente el origen de procrear, pero la función de procrear en cuanto significante es otra cosa”.

Freud y Lacan no hablan del mismo padre.

En Freud hay una preeminencia del amor al padre y la posición femenina se resuelve por la maternidad. En Lacan hay dos momentos en su enseñanza.

En el primer momento el Nombre-del-padre se inscribe como un significante en el Otro y en el segundo momento, pluraliza los Nombres del Padre. Lacan también nos señala que la maternidad no es el destino.

Justamente en la primera parte de su enseñanza; la función del padre en el Complejo de Edipo es la de ser un significante que sustituye al primer significante materno.

Cuando se realiza la sustitución y el Nombre del Padre ocupa el lugar del deseo de la madre, el niño renuncia a ser el falo de la madre, con lo cual se posibilita su entrada en el mundo simbólico. La función del padre no sólo otorga un sentido al deseo de la madre, también asegura la posición sexuada.

Justamente, el Complejo de Edipo cumple una función normativa, no solamente en la estructura del sujeto ni en sus relaciones con la realidad sino también en la asunción de su sexo.

Lacan, en “De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis”, formula la metáfora paterna y el significante del Nombre del Padre que opera sobre el deseo de la madre produciendo la significación fálica.

Ahí nos ha surgido un interrogante: ¿qué quiere decir que el Nombre del Padre opera sobre el deseo de la madre?

En “La significación del falo”. Lacan plantea, que no basta solo con la función del padre; es necesario que la madre encuentre el significante de su deseo en un hombre. Así las cosas, el niño no sólo colma a la madre también la divide.

Que divida es esencial. Es esencial que la madre desee más allá del hijo.

La metáfora paterna, sostiene Jacques Alain Miller en “El niño entre la mujer y la madre”, no significa sólo que el Nombre del Padre debe poner bridas al deseo de la madre a través de la ley; establece también una división del deseo materno que el objeto niño no sea todo para la madre. El deseo de la madre por la operación de la metáfora paterna diverge y es llamado por un hombre. La madre puede aceptar o no el envite, tanto si lo acepta como si lo rechaza no es sin consecuencias, para el niño.

Esta operación, también exige que el padre tenga un deseo en el cual su partenaire sea el objeto que lo causa.

En las “Notas a Jenny Aubry”; Lacan señala una división en los síntomas infantiles: aquellos que están en relación directa con la pareja parental y aquellos otros que están en la relación dual del niño con la madre.

 

NOTAS:

(1) Integrantes: Lurdes Agirregomezkorta (Viñeta); Marta Sánchez; Beaskoetxea; Itziar del Valle; Marisabel Gómez; Marije Palacios, Beatriz Tomey. Felicidad Hernández (Responsable), Cristina Califano (Responsable)

 

*Trabajo presentado en el VIII Symposium de los Grupos de Investigación del Seminario del Campo Freudiano de Bilbao que, con el título “Infancia y juventud bajo control”, fue celebrado en Bilbao el 15 de junio de 2012