Septiembre 2012

Bilbao, 22-10-2011

II CONVERSACION CLINICA SCFBI
“La invencion del esquizofrenico”

El sábado 22 de octubre 2012 se inauguró el Curso del Seminario del Campo Freudiano de Bilbao.

La II Conversación Clínica estuvo guiada por el Dr. Jean-Daniel Matet, quien, junto con las coordinadoras de mesa, Amanda Goya y Felicidad Hernández, nos ayudaron a extraer las enseñanzas del trabajo con sujetos esquizofrénicos, que nuestros colegas Antonio Múgica, María José Olmedo, Liana Velado, Begoña Isasi, Serena Landriscini-Guttadauro y Gracia Viscasillas se ofrecieron a exponer.

Una concurrencia donde, además de los compañeros psicoanalistas que acudieron desde diferentes comunidades del estado, se dieron cita psicólogos y psiquiatras de la Red de Salud Mental de Osakidetza-Servicio Vasco de Salud, así como Residentes y estudiantes universitarios, evidencia en Bilbao del interés de la enseñanza de la clínica orientada desde el psicoanálisis lacaniano.

La apertura de la Conversación fue realizada por Felicidad Hernández quien presentó las mesas.

Durante esta Jornada, como Julio González subraya en el texto de la Presentación, escuchamos el deseo del analista que no retrocede en el caso del esquizofrénico, ofreciéndose, caso por caso, a ocupar un lugar particularizado, construido a partir los dichos del sujeto, para ofrecer un tiempo en el que pueda alojarse y realizar; lo que el Dr. Matet señaló como “producción fuera del sentido”, porque ésta no puede recurrir al auxilio de ningún discurso establecido, pero no por ello exenta de efectos que le permiten encontrar una zona de existencia humanizada. Esa posición de secretario del alienado no es pasiva -en palabras de Eric Laurent que la mesa recordó-, “ayuda a labrar más unos surcos que otros”. Una escucha activa, seria y orientada que abre la puerta para el sujeto esquizofrénico a la invención de un nuevo significante con las particularidades de su lengua; invención que le da un lugar y contribuye a su estabilización. De ello dieron buena cuenta cada uno de los casos presentados.

Los casos dieron cuenta de los efectos devastadores que, sobre el “esquizofrénico”, produce la imposibilidad de efectuar la operación de separación-alienación. Imposibilidad que se confirma en sus diferentes maneras de mostrar lo fallido de su relación con el lenguaje y la precariedad imaginaria sobre la que se sostiene, dando cuenta así de los momentos de desestabilización, tales como, la llegada de la pubertad, la entrada en el colegio, las demandas escolares y sociales, la separación de un hermano, de una novia, de los padres, el encuentro con la sexualidad, el cambio en un puesto de trabajo, todos ellos, momentos en que el sujeto se enfrenta con el vacío forclusivo, reapareciendo los efectos en lo real, goce desregulado que escuchamos en los dichos hipocondríacos, en el objeto real que se vuelve el cuerpo, en las conductas desreguladas de la norma social.

A lo largo de la mañana tres casos de sujetos adultos articularían la enseñanza de la práctica con el conocimiento teórico: Amanda Goya abrió la conversación con el caso que presentó Antonio Múgica, subrayando cómo el dicho “tengo algo que se me atraganta, es algo que me atrapa”, y que la obliga a beber agua constantemente, da cuenta de lo que Freud nombró como “lenguaje de órgano” en la esquizofrenia, uso del lenguaje hipocondríaco. No hay metaforización posible.

La atención que el analista da a los dichos que la paciente va produciendo con él, permiten dar cuenta del momento del desencadenamiento cuando se produce la separación imposible, pérdida que la enfrenta con el vacío forclusivo de un elemento simbólico que permitiera saber hacer con ello y, también de la precariedad de elementos imaginarios de los que servirse.

No obstante, es también a través de la atención a los dichos previos al desencadenamiento, que el analista alcanza confeccionar una maniobra que hace posible reintroducir la posibilidad del contacto con la vida en ella ofreciendo su cuerpo real, ocupándose del paseo con ella por el parque del hospital. Así, ofrecer la presencia real del analista diariamente está permitiendo que la paciente acepte la propuesta de trabajo y realice algunas producciones tales como “un puzzle que no encaja”, producción que se acompaña de un efecto de apaciguamiento sobre la agitación constante en la que este sujeto habita.

El Dr. Matet señaló la necesidad de conocer el estatuto de estas producciones, porque no son producciones del inconsciente, no son producciones de cadena significante, no hay retroacción, pero son producciones sueltas que pueden organizar un espacio imaginario, los paseos, que posibilite un pequeño lazo imaginario posible. Parece que un pequeño camino de posibilidad puede estar abriéndose para un sujeto, para instalar algo de vida que pasa por la palabra, pero una palabra al resguardo de la producción de sentido, porque no hay cadena significante posible.

En el caso que nos presentó María José Olmedo, la apertura a la conversación corrió a cargo de Felicidad Hernández, quien destacó la búsqueda de ayuda de un sujeto con un desencadenamiento tardío, efecto del encuentro con las relaciones sexuales y la ruptura amorosa; sujeto que si bien se ha sostenido a través de la unidad imaginaria con el padre, y con la instalación de un “ronroneo” que lo habita ya en la pubertad, se desestabiliza cuando dicho encuentro y posterior ruptura lo enfrenta a una separación imposible de simbolizar, que se acompaña de la caída del cuerpo. No obstante este sujeto muestra una decisión firme de no quedar atrapado en la enfermedad y se presenta para hablar de lo que le sucede. Este es un sujeto que puede describir sus fenómenos delirantes, el momento de la desestabilización y lo fallido de algunos intentos, que sólo sirvieron para descorchar la enfermedad. Acude con una demanda clara: contrastar las estrategias que va inventando para ponerle freno, palabrillas sin sentido -neologismos- pero con efecto de límite al goce sin límite que lo invade. Él busca que se le acompañe en sus invenciones.

La posición de la analista va más allá de la posición de secretario del alienado, puesto que se acompaña de algunos actos sustentados desde la misma orientando el trabajo. En este caso la analista es el lugar que está encontrando para facultarse como “alguien normal, pequeñito, que no tenga culpas, sin grandes cosas, que sale a andar”, búsqueda de un ser posible para existir, apaciguándose los fenómenos delirantes.

La enseñanza del caso que presentó Liana Velado muestra, como particularidad, cómo el órgano aparece como respuesta y no como construcción. Lo que vuelve para este sujeto es el dolor, un dolor como acontecimiento en el cuerpo, en lo real del cuerpo. Dolor que da cuenta de la falta real no simbolizada que vuelve el goce sobre el cuerpo; cuerpo eliminado de toda sintaxis; cuerpo-máquina, que funciona, nada más, eso es lo que lo agrada. Y, este cuerpo-maquina funciona cuando el sujeto deposita este funcionamiento al analista. Este es el lugar del analista para este sujeto: “no soy un débil”, es la invención que acompaña a este cuerpo-máquina y que le da un lugar en la vida.

Durante la jornada de la tarde, los niños hicieron su aparición con la particularidad que les acompaña. Los niños, en general, son traídos por otros, y su demanda, cuando la hay, no tiende a coincidir con la demanda de esos otros, padres, maestros, dispositivos de salud, etc. La posición del analista en la práctica con niños pasa por realizar los actos necesarios para que el niño encuentre su lugar propio como sujeto para alojar su demanda particular y encontrar una perspectiva de sintomatización gracias a la invención -como señaló Serena Landriscini-Guttadauro al comienzo de la presentación del caso.

El caso que nos expuso Begoña Isasi dio cuenta de cómo en el trabajo con niños es necesaria una cierta cesión del objeto niño por parte de los padres para que el niño pueda entrar como sujeto propio en el dispositivo analítico y comience un trabajo. En este caso particular, un trabajo de invención que le ha permitido localizar la alucinación. El sujeto se sirve del dibujo para convertir lo oscuro del deseo materno que lo amenaza en una escritura, del dragón oscuro a la S del Sol, en un intento de localizar ese real imposible de simbolizar porque no está al amparo del Nombre del Padre, y se pudo observar cómo a través del trabajo de invención el niño accede a encontrar una nominación en la que puede representarse como sujeto propio. La presencia de la analista se sustenta del saber no saber, para alojar las invenciones del sujeto, un lugar que, para este sujeto, será discreto y silencioso.

En varias ocasiones la analista se presta a un trabajo en red, con la escuela y el Centro de Salud Mental para que el niño mantenga su lugar como sujeto al trabajo, trabajo a través del cual puede ahora sintomatizar la relación con los iguales y construir una nueva demanda propia al respecto “¿qué hacer?”

En el caso que ofreció Serena Landriscini-Guttadauro observamos cómo la estrategia utilizada para que el sujeto advenga al trabajo pasa por alojar a la abuela en las entrevistas, verdadero sostén de la vida para el niño, abuela como órgano del lenguaje para un chico que se presenta decididamente en silencio. Al igual que en el caso anterior, se hace preciso un trabajo de coordinación con la institución escolar.

La solución inventiva que el chico está encontrando pasa por el encuentro con una analista que no sabe, una analista en falta. Es a través de este encuentro que el chico comienza a dirigirse a ella, explicándole cómo surge en él, cuando la abuela enferma, el interés por un tipo de programación televisiva: los concursos de supervivencia. Elemento que es devuelto desde la historia del chico por la analista; de la errancia a la aventura del superviviente; y que le permite inventar una identificación imaginaria que le da una posibilidad de hacerse un ser resistiendo a la muerte.

Las intervenciones que Gracia Viscasillas realiza con dos sujetos autistas pusieron al trabajo la diferencia que hay en el trabajo con unos niños que se presentan en continuidad con un Otro intrusivo que los habita, y cómo el trabajo de transferencia va dirigido a ese Otro intrusivo, aislando el goce, fragmentándolo. El Dr. Matet trajo a la Conversación un comentario de Eric Laurent, cuando señala que el trabajo de bricolaje en el tratamiento del autista lo hace el analista para desplazar el goce condensado.

María Verdejo

 


 

Bilbao, 5-11-2011

Seminario 3. “Las psicosis”. Capítulos 1, 2, 3 y 4
MARCO FOCCHI

La vuelta a Freud y el estructuralismo son las coordenadas que toma Lacan, para construir el Seminario III, “Las Psicosis”. A partir de los años 50, Lacan se separa de la psicogénesis y toma para su trabajo las estructuras del lenguaje. Pasa de una causalidad psicogenética a una causalidad lógica. De los textos freudianos toma el término de forclusión y construye el concepto. Hace un paralelismo con el mecanismo de la neurosis, la represión, y el retorno de lo reprimido en lo simbólico, y construye la forclusión como mecanismo paralelo que retorna en lo real.

Lacan de aleja también de la fenomenología, en la que también se había apoyado en su tesis, porque ésta se apoya en la noción de comprensión, una empatía emocional de una situación vivida por el otro. Lacan da cuenta de que la comprensión es un recurso al registro imaginario. Toma del estructuralismo la tripartición de los tres registros, y da prioridad a lo simbólico.

Lacan al alejarse de la experiencia inmediata de la fenomenología hace intervenir recursos que van más allá. Sigue las matemáticas en las que hay estructuras que permiten ir más allá de los fenómenos, que son estructuras matemáticas que construyen leyes que determinan los fenómenos.

El estructuralismo está hecho de diferencias. Esto le permite a Lacan diferenciar el Otro grande del otro pequeño. El Otro grande es el más allá estructural; el otro pequeño constituye el campo de los fenómenos imaginarios.

Esta definición del Otro grande y el otro pequeño pone la subjetividad en relación con la palabra, y nos abre a la distinción entre verdad y real.

La verdad como algo que pertenece a la estructura de la palabra; a la estructura simbólica.

La experiencia analítica es una experiencia de la verdad como revelación de una falta en el corazón del ser. En ese momento, para Lacan, la verdad es lo importante, y el real es elaborado en términos de la diferencia entre la realidad psíquica y la realidad material.

Las consecuencias de poner el Otro grande y el otro pequeño, implica una exploración sistemática de las leyes del lenguaje: metáfora metonimia.

El hecho de poner la lingüística como referencia, le hace dudar de la repartición de la ciencia en ciencias de la naturaleza y ciencias humanas. Considera que el término humanas lleva una carga de antropocentrismo basado en la autonomía del sujeto cartesiano. Y la definición estructuralista implica un pasaje de la autonomía del sujeto a la autonomía del simbólico.

Las leyes de la estructura de lo simbólico inducen sus efectos sobre el sujeto, sobre la Otra escena y el sujeto aparece determinado.

Tomando esta vía, Lacan tiene que enfrentarse a la teoría de la comunicación como intercambio de información. Para Lacan hablar es hablar al Otro, hay subjetividad, e implica la función de la palabra como pacto.

La elaboración que hace Lacan en ese momento es que lo que falta es el Otro en la psicosis.

Otro de los problemas que Lacan pone aquí es que el Otro funda, pero puede engañar, no es totalmente fiable.

Considera la materialidad del lenguaje, no la espiritualidad, toma la superficie, la topología, no la profundidad. La materialidad de las palabras. Toma lo simbólico para la sintaxis, no para el sentido. Y para lo imaginario toma como referencia la etología.

Angelines Monreal

 


 

 

Bilbao, 3-12-2011

Seminario 3. “Las psicosis”. Capítulos 5, 6, y 7
VICENTE PALOMERA

Vicente Palomera presentó los capítulos 5, 6 y 7 del Seminario III de Jacques Lacan sobre la psicosis.

Su clase parte del recordatorio de Lacan de que hay que tomarse las cosas en serio, precisamente para que se tomaran en serio el hecho de que nunca las toman en serio. Y tomárselas en serio supone tener en cuenta las cosas que no encajan. Así sitúa en una cita de la página 120 la orientación psicoanalítica, en dirección contraria a la búsqueda de un yo adaptado, unificado, equilibrado, en armonía, feliz.

«Si creen tener un yo bien adaptado, razonable, que sabe navegar, reconocer lo que debe y lo que no debe hacer, tener en cuenta las realidades, sólo queda apartarlos de aquí. El psicoanálisis, coincidiendo al respecto con la experiencia común, muestra que no hay nada más necio que un destino humano, o sea, que siempre somos embaucados.»

Por su parte el yo siempre es un eco, como cantaba Paúl Valery: nos conocemos de oídas. Somos un eco de lo que otros dicen de nosotros… ¿nos reconocemos es sus dichos? En este momento de su teoría para Lacan está muy presente la dialéctica del reconocimiento y si bien el efecto del significante sobre el sujeto es la clave de la estructura humana, este recibe el mensaje del Otro de manera invertida: la palabra constituye si el Otro reconoce, ya sea como “marido”, “mujer”, “maestro”, “alumno”… En la neurosis todo el lenguaje está tomado en la dialéctica del reconocimiento. La cuestión está en cuál sería la relación particular que el sujeto psicótico tiene con el lenguaje: ¿Cómo se sitúa en relación al Otro?

Lacan da cuenta de que la represión freudiana no funciona en la psicosis como en la neurosis y que lo que habitualmente en una neurosis estaría reprimido, en la psicosis está a cielo abierto. Para esto nada mejor que seguir al verdadero maestro de la psicosis, que es el psicótico mismo. En este caso Schreber y su texto. Por ejemplo, ante la frase “sería hermoso ser una mujer en el momento del acoplamiento” puede que un neurótico tuviese esa fantasía pero que la reprima acto seguido. Schreber sin embargo no la puede reprimir y comienza a tomar más fuerza, hasta que produce el delirio según el cual acabará siendo dios quien quiere convertirlo en su mujer.

Tenemos por lo tanto un dios que goza de él. No se trata de un dios como el dios de Descartes, el de los filósofos, que es un Dios que no goza, no engaña, un dios neutral que es garantía de lo simbólico. Eso iría a parar al Padre como el lugar fijo y seguro de la ley simbólica, como el punto de anclaje entre significante y significado que hace que la realidad quede constituida. Así, en el lugar del Otro como lugar de los significantes hay un sitio fijo –el Padre- punto de capitón que permite acabar la frase. Sin embargo el dios de Schreber es caprichoso, no da ningún tipo de seguridad. El psicótico, al no creer en el padre tiene que inventar: no puede anclarse en la garantía de las significaciones. Si el sostén imaginario cae se tambalea… Esta es la disolución imaginaria, la fragmentación de la identidad que lleva al desencadenamiento.

Schreber tiene un nombramiento simbólico como Presidente del que no puede dar cuenta, es un enigma para él. Anteriormente ya era juez, pero era un juez como los otros, podía sostenerse con su otro imaginario. Ante el nombramiento lo simbólico le retorna en lo real con la peligrosa pregunta en juego, ante la que no se puede confrontar a un psicótico: ¿quién soy yo?

La clase finalizó diferenciando la certeza y la creencia en torno a la clínica de la psicosis y de la neurosis, dando lugar a unas jugosas reflexiones finales de Vicente Palomera sobre el peligro de la creencia en identificaciones sin vacilación y sobre el analista que se identifica a su ser de analista en lugar de estar identificado al inconsciente.

Iñigo Martínez

 


 

 

Bilbao, 14-01-2012

Seminario 3. “Las psicosis”. Capítulos 8, 9, 10 y 11
FABIAN FAJNWAKS

Lacan critica el abordaje de Freud del caso Schreber (Freud considera su delirio como defensa frente a una pulsión homosexual). Esto le parece insuficiente para explicar la feminización que debe sufrir en su delirio. Lacan va más allá de Freud en lo que concierne a la paranoia de Schreber.

Lacan define la psicosis como equivalente a la presencia de los trastornos de lenguaje, y diferencia la estructura psicótica de los síntomas de la psicosis: se puede ser psicótico sin presentar dichos síntomas (psicosis no desencadenadas).

La alucinación verbal se presenta con su carácter impuesto y de certeza. Son fenómenos de alienación de lo simbólico en lo imaginario del sujeto. Las voces a las que se encuentra sometido Schreber son en su gran mayoría frases interrumpidas. Lacan nos invita a un examen cuidadoso de la evolución de los fenómenos verbales a fin de poderlos articular a los desplazamientos libidinales.

El delirio de Schreber nos da cuenta de la relación del sujeto al conjunto del orden simbólico. Lacan nos da una definición del sujeto normal como aquel que se pone en posición de no tomar en serio la mayor parte de su discurso interior, en oposición al sujeto alienado que lleva hasta las últimas consecuencias los fenómenos que la vida psíquica nos presenta. El psicoanalista aporta una sanción particular al delirio, lo legitima en el mismo plano en el que la experiencia analítica opera habitualmente. La psicosis nos da la estructura de la relación del sujeto al Otro. Este Seminario aporta varias orientaciones clínicas de trabajo con sujetos psicóticos (no precipitar sentido, exigencia de fenómenos de lenguaje, el lugar del analista como “secretario del alienado”). Las psicosis nos enseñan sobre los anudamientos posibles entre R-S-I.

El psicoanálisis se interesa en el efecto del discurso en el interior del sujeto. El psicótico se encuentra a la escucha de la significación que le viene del otro y que le está destinada a él. En la clase 10 Lacan se detiene en los fenómenos alucinatorios de desregulación de la voz, caracterizados por un estallido de la significación, la voz es lo que aparece cuando la significación estalla.

En la clase 11 Lacan se centra en el ego, que, nos dice, siempre va acompañado de su mellizo el yo ideal (delirio). Nada puede esperarse de un abordaje de la psicosis en el plano imaginario pues no nos da la dinámica de la alienación psicótica. Hay que buscar más allá de la relación al pequeño otro la existencia de Otro desde donde se deciden las cosas para un sujeto psicótico.

La realidad está marcada de entrada por el anonadamiento simbólico (“la paz del atardecer”), donde el significante precede a la experiencia. Lacan introduce la verwerfung (rechazo, expulsión de un significante primordial) como fundamento estructural de la psicosis. Este significante faltará a nivel de las significaciones del sujeto. La realidad psíquica se construye en este caso con la presencia de un significante rechazado, forcluido (agujero en lo simbólico).

Ana Zabala

 


 

 

Bilbao, 11-02-2012

Seminario 3. “Las psicosis”. Capítulos 12 y 13
GUSTAVO DESSAL

Lacan en este Seminario aborda la peculiaridad que el lenguaje tiene en la estructura y la clínica de las psicosis. Utiliza el esquema de la comunicación analítica que no deja de tener una función irónica ya que el proceso analítico no es una comunicación.

En esta época Lacan pensaba que era posible un triunfo de lo Simbólico sobre lo Real, por eso la idea de que en A debe producirse una palabra que debe revelarse. Pero en la psicosis Lacan encuentra que hay exclusión del Otro; la gran tesis de Lacan es la forclusión del Nombre del Padre, esto es invariable en la teoría de Lacan.

Si los tres registros se sueltan, SRI, entonces cada uno de ellos no sigue siendo el mismo que cuando estaban articulados, se comportan de manera distinta. Cuando A se excluye, I se vuelve real y ya no funciona como pantalla entre S y el sujeto sino que por el contrario lo imaginario retorna en forma de fenómenos alucinatorios.

Ese discurso del lado imaginario invade al sujeto y lo parasita; pasamos de un sujeto que no sabe al estatuto de un sujeto que sabe; por eso Lacan habla de la alusión imaginaria: el sujeto sabe que el Otro habla de él. Hay que situarse en el contexto de la época, había una moda en acentuar la cuestión de lo preverbal; este campo existe, por supuesto, pero no nos da acceso al inconsciente porque se trata de un mundo donde lo que rige es la ilusión del sentido y esta ilusión es infinita. Lacan plantea una objeción a la importancia de lo preverbal al poner el acento en la cuestión de que el sujeto es hablado por el Otro.

En este Seminario comienza con la recomendación “absténganse de comprender” ya que comprender sería ponernos en la posición imaginaria. No niega que hay toda clase de intercambio de signos, pero en todo ese marasmo que nos presenta el sujeto uno tiene que ordenar algo, tiene que estructurar un campo.

Así como el método científico consiste en que de las miles de variables que intervienen en un fenómeno, el científico aísle unas para poder estudiar el fenómeno, el psicoanalista tiene que circunscribir un campo. El mundo donde el psicoanálisis circunscribe su marco es el deseo; el campo analítico son las formaciones del inconsciente: síntoma, sueños, actos fallidos, lapsus…

Para Lacan la brújula es cómo el lenguaje estructura la subjetividad y cómo se debe situar el analista. La idea que imperaba hasta entonces es que todo el discurso del sujeto es traducible; Lacan dice que no a esto, el inconsciente es algo que produce una hiancia, que rompe y hace vacilar la unidad imaginaria.

El capítulo XIII está dirigido a Ana Freud y la teoría del yo. Para Lacan la función esencial del yo es el desconocimiento de la función del sujeto en el campo del Otro.

Muestra que hay una relación de solidaridad entre fantasma y realidad ya que la realidad misma es una formación fantasmática; reforzar la realidad no hace más que reforzar el fantasma. Para Lacan no se trata de realidad sino de verdad.

Si el yo tiene alguna utilidad en psicoanálisis no es porque sea el representante de la realidad, sino porque es el instrumento con el que el sujeto formula una pregunta inconsciente. El yo no es el equivalente de la conciencia; el obsesivo o la histérica usa el yo para hacer una pregunta, más bien para no hacerla; la gente actúa la pregunta, tiene síntomas, le pasan cosas. El análisis consiste en hacer pasar esa pregunta actuada por la experiencia del psicoanálisis.

Esther González

 


 

 

Bilbao, 10-03-2012

Seminario 3. “Las psicosis”. Capítulos 14, 15 y 16
MONTSERRAT PUIG

La docente expone el funcionamiento del significado y del significante según el análisis estructural que realiza Lacan. Diferencia el signo y la huella para interesarse por el significante, el cual remite a una ausencia, no de un objeto, sino de otro significante; vale como significante por oposición a otro significante; no remite ni a un objeto ni al sujeto que lo produjo; la pregunta por su significación queda abierta, mientras que el significado se establece por retroacción.

El universo de las significaciones es introducido por un sistema significante, no por un solo significante, porque en cuanto tal no significa nada, gracias a lo cual es capaz de dar significaciones diversas. La docente nos dice que el significante crea el mundo, crea lo real de la ciencia y del psicoanálisis. Este último incluye al sujeto. Es el aparato significante el que posibilita al sujeto el acceso a la subjetividad. El significante tiene sus leyes propias, independientemente del significado. Enfatiza que el orden en las significaciones está dado por los significantes de base y por los significantes primordiales.

En la neurosis la pregunta se centra en torno a un significante que permanece enigmático en cuanto a su significación.

En las psicosis se trata de una perplejidad respecto al significante. Algo que no se ha realizado en el dominio significante, la falta esencial de un significante, que ha sido forcluído, reaparece en lo real. El sujeto reacciona a la ausencia de significante, al agujero, a un significante primordial que no está en juego y que no ordena las significaciones.

El punto esencial, subraya la docente, es que la entrada en la psicosis comienza a partir del momento en que la iniciativa viene de un Otro; el Otro quiere significar, está vivo como sujeto, el Otro quiere algo y quiere que se sepa, quiere significarlo. A nivel imaginario, a nivel del otro, ocurren los fenómenos de entre-yo que constituyen la fenomenología de la psicosis (sujetos inmiscuidos, sujetos interpuestos, comentarios corrientes de la existencia, etc.).

En el capítulo XVI trabaja acerca del significante primordial “padre”, y de las tres funciones que definen la problemática de la función paterna. En la forma normal, el acento recae sobre la realización simbólica del padre a través del conflicto imaginario; en la forma neurótica, en la realización imaginaria del padre a través de un ejercicio simbólico de la conducta y en la psicosis se trata del padre real que aparece en forma imaginaria.

Diana Echeverria

 


 

 

Bilbao, 14-04-2012

Seminario 3. “Las psicosis”. Capítulos 17 y 18
ENRIC BERENGUER

Los conceptos de metáfora y metonimia que Lacan introduce en este Seminario han sido los ejes de su enseñanza hasta que nos hemos centrado en su última enseñanza.

Estos conceptos los toma de Jakobson pero para Jakobson estas figuras lingüísticas están radicalmente distanciadas, sin embargo para Lacan no hay metáfora sin metonimia.

Su esfuerzo en este Seminario es diferenciar la neurosis y la psicosis a través de estos conceptos, cómo funcionan metáfora y metonimia en cada una de las estructuras.

La característica del sujeto psicótico es la metonimia. La metáfora es más propia de la neurosis, supone un cierto tomar distancia con todo tipo de conexión preestablecida, un desvío, algo que no está previsto. Allí donde se esperaría algo, aparece otra cosa que lo identifica: “Su gavilla no era avara ni tenía odio” Esta definición de la metáfora como una identificación va más allá de la definición que da Jakobson de la sustitución de un significante por otro.

Se puede hablar de nominación con respecto a la metáfora y también respecto a la metonimia sin embargo son nominaciones distintas.

En la metonimia llamar a un barco por una vela “treinta velas” es algo del orden de lo previsible. Vela está en el contexto de discurso, es la parte de un contexto. Si nunca has oído hablar de barcos, si no está en tu discurso, no puedes hacer la conexión.

La metonimia es inicial y hace posible la metáfora. No se puede pensar metáfora sin metonimia.

La transferencia de significado tanto en la metáfora como en la metonimia es posible por la articulación posicional, por el orden de las palabras, porque el lenguaje es un sistema de coherencia posicional: Sujeto, verbo, predicado…,. Si “su gavilla” sustituye a Booz y crea el efecto poético es por la posición en la que está, porque allí donde se esperaba Booz aparece “su gavilla”.

Al final del capítulo Lacan habla de una nominación metonímica previa en el lenguaje infantil. Los niños no han llegado todavía a la metáfora. Anna Freud con 19 meses habla en sueños: “Grandes fresas, frambuesas, flanes, papillas”. Algo del goce del sujeto está anudado, condensado en el significante. El realismo de la descripción de lo real mediante el detalle sólo se concibe en el registro del significante organizado. La equivalencia se da por la coordinación nominal.

La promoción del significante en cuanto tal, la puesta en claro de esa sub-estructura siempre oculta que es la metonimia es la condición de toda investigación posible de los trastornos funcionales del lenguaje en la neurosis y psicosis.

La psicosis aparece definida en este Seminario como un menos con respecto a la neurosis, hay una carencia simbólica, un rechazo del significante del nombre del padre. Sin embargo dice Lacan: «Freud tuvo el sentimiento profundo de que en las relaciones del sujeto psicótico con su delirio, algo rebasa el juego del significado y las significaciones…”

Hay aquí una vinculación, una presentificación esencial, cuyo misterio sigue casi intacto para nosotros; la psicosis revela algo que va más allá de la dimensión del sentido y que en la neurosis queda velado. Lo que estaría más allá de la significación es del orden del goce y la pulsión, aunque todavía aquí Lacan no lo diga así.

Susana Viar

 


 

 

Bilbao, 12-05-2012

Seminario 3. “Las psicosis”. Capítulos 20, 21 y 22
VILMA COCCOZ

Para el trabajo de estos capítulos se presentaron dos referencias: “Acerca de las personalidades como si” (Helen Deutsch) y “Amor físico y amor extático”, y se leyó el texto de Racine “Atalía”.

Vilma Coccoz comentó que el texto de Deutsch es el antecedente más inteligente que tenemos sobre las psicosis ordinarias. A partir de dos casos clínicos Deutsch da dos indicaciones estructurales muy importantes, una sobre el uso de la identificación del sujeto psicótico para vincularse a la realidad, “conserva el principio de realidad”, sin embargo Deutsch se hace una pregunta acerca de dónde está el sujeto desde el punto de vista pulsional, ya que responde con “pasividad”, “pasividad preocupante”.

Lacan en este Seminario abre dos grandes preguntas que recorren como dos carriles todo el Seminario: Qué experiencia subjetiva se tiene del padre, y qué experiencia subjetiva se tiene del amor.

Vilma Coccoz comenzó con una cita de Lacan en “La Conferencia en Ginebra sobre el síntoma”.

“…cómo sostener una hipótesis como la del inconsciente sin tener en cuenta que es la manera que tuvo el sujeto de estar impregnado por el lenguaje… el ser que llamé humano es esencialmente un ser hablante…” a lo que Lacan es interpelado por el auditorio que le preguntan si también es un ser que puede escuchar, a lo que responde “Escuchar forma parte de la palabra… A partir del momento en que alguien está en análisis siempre prueba que escuchó..»

Vilma Coccoz nos recordó que este es un problema que Lacan ha planteado y revisado a lo largo de su enseñanza, y que también explora en este Seminario. Miller en su Seminario “La fuga de sentido” lo localiza en el capítulo XXI de este Seminario, “El punto de almohadillado”, cuando Lacan modifica la tesis de Saussure sobre la diferencia entre significante y significado en la producción del efecto de sentido, “…en el nivel superior Saussure sitúa la sucesión de lo que llama pensamientos sin la menor convicción, ya que su teoría consiste precisamente en reducir este término para llevarlo al significado en tanto se diferencia del significante y de la cosa e insiste sobre todo en el aspecto de masa amorfa… por nuestra parte llamaremos masa amorfa provisoriamente, la masa sentimental de la corriente del discurso, masa confusa, donde aparecen unidades, islotes, una imagen, un objeto, un sentimiento, un grito, un llamado”

La cuestión para Lacan es cómo se produce el sentido. Para Saussure en un momento un relámpago, un rayo hace que el significante se una al significado. “La relación del significante y el significado siempre parece fluida, siempre lista a deshacerse”, dice Lacan, la fuga de sentido está de un modo permanente en el discurso.

Para Miller es en la comunicación, en la puntuación que analista hace sobre la masa amorfa del analizante, el analista le hace escuchar lo que no escuchaba de su masa amorfa (goce).”El goce es la masa amorfa, y nuestra tarea como analistas es construir un borde de semblante que llamamos lo simbólico” (Miller “Sutilezas analíticas”).

Vilma Coccoz ordenó los tres capítulos en sentido inverso y comenzó con el XXII “Tú eres el que me seguirás”. Lacan escribe “…el lenguaje propiamente dicho, no empieza a existir sino cuando el emisor de un sonido lo destina esencialmente a un alocutorio”, “un grito, un sonido, un fonema no significa nada en si mismo… recibe su valor afectivo del alocutorio”, de lo que Lacan llama el Otro. No existe sujeto sin Otro.

Se establece una comunicación, una relación donde no hay reciprocidad, una relación disimétrica. La función del analista no es conversar sino hacer uso de esta estructura para que pueda existir el inconsciente del sujeto.

Esa relación “bipolar” entre – tú y yo- se puede situar en dos ejes, el eje imaginario y el eje simbólico, simétrica y recíproca, disimétrica y no recíproca. Jean-Pierre Klotz recoge la enseñanza del lingüista Benveniste que sostiene que la polaridad de la categoría de personas en la enunciación es una consecuencia pragmática que no significa igualdad, ya que el yo tiene un posición de transcendencia con respecto al tú, ambos términos son complementarias y reversibles, y denomina la “3ª persona” como la “no-persona”, refiriéndola a un objeto fuera de la alocución.

¿Cuándo se habla en tercera persona? Cuando se trata de encumbrar o de degradar a otro, ya no es un humano igual. “Tú eres el que me seguirás” está en la estructura del “yo” y el “tú”, “Tú eres el que me seguirá” está en la estructura de “él”, implica reverencia, respeto o desprecio, ultraje. Por eso el valor del ejemplo de Lacan al hacer la distinción en la estructura del diálogo e inyectar la estructura del reconocimiento de Hegel. Base gramatical, importancia de la frase, relación entre locutorio y alocutorio, donde el poder está en el Otro, y el reconocimiento, relación entre el amo y el esclavo.

Es así que en un análisis el sujeto puede escuchar del analista su propio inconsciente, en el análisis se descubre el “tú” con el que el sujeto habla. Pero en la psicosis el sujeto no puede tomar la palabra, la palabra la toma continuamente el Otro y el sujeto solo está en posición de responder como ocurre con Schreber.

Vilma Coccoz nos recordó la operación lacaniana de aproximar el psicoanálisis a la gran producción de ficciones que aporta la literatura y pasó a comentar la lectura lacaniana de la tragedia de Racine.

“Si, vengo a su templo a adorar al Eterno”, en el análisis de esta pieza Lacan explica de qué se trata en la estructura de la comunicación, cómo surge el sentido, y surge como un punto de almohadillado, no como un rayo que corta, pensado por Saussure sino por retroacción, algo da sentido a lo que se dijo.

Lacan toma la tragedia de “Atalía” para ejemplificarlo, nos dice que mientras pasa la masa amorfa algo está pasando por debajo: -Celo- (en francés tiene la significación de adhesión, dedicación, abnegación).Lacan explica el surgimiento de un significante que va a parar el goce de matarse en esta tragedia. Toda la conversación entre Joab y Abner transcurren en el eje imaginario hasta que aparece el significante –celo- e introduce la dimensión simbólica, y Joab responde: ”Temo a Dios, no tengo ningún otro temor”, introduce la relación disimétrica, simbólica. El sujeto recibe del Otro su mensaje, se inyecta el Nombre del Padre. Y dice Lacan: “Me dirán: ¡Esa es una idea de cura! Pues se equivocan. Los curas no inventaron nada de ese estilo: Para inventar algo semejante, hay que ser poeta o profeta, y es precisamente en la medida que Joab lo es un poco, al menos por gracia de Racine, que puede ser el modo en que lo hace ese significante mayor y primordial.”

El temor a Dios opera como un punto de almohadillado “…Cuando la aguja del colchonero, que entró en el momento de Dios fiel en todas las amenazas, vuelve a salir, todo está cocinado, y Abner dice: Me voy a unir a la tropa fiel”. Se produce un cambio en el orden del mundo, surge la figura del creyente. Vemos aquí la efectuación de la metáfora paterna con una significación vital. La eficacia del significante del nombre del padre, como temor a Dios. Hay un nuevo orden de la realidad: “Hay que dejar de matarse” “Hay que proteger la vida”.

En el sueño de Atalía, al igual que en Schreber, aparece el enigma del deseo del Otro, aunque las consecuencias serán distintas. En Atalía el enigma del deseo del Otro aparece vinculado a la mujer.

Todo este Seminario III es un taller para trabajar sobre la pregunta ¿Qué distingue a un psicótico de alguien que no lo es?

Nos abre la lectura de Schreber desde el punto de vista de la interlocución delirante. “Dios empezó a hablarme y se desordenó el mundo”. La interlocución de Schreber con Dios es del orden de la persecución, de la abolición del sujeto, que remite al amor extático. Dice “La experiencia del amor, llamando amor a la erotomanía delirante de Schreber con Dios, basada en la transferencia persecutoria y erotizante que se desencadena con Flechsig” es la hipótesis de Freud. A diferencia de Atalía donde el “temor a Dios” inaugura un nuevo orden en el mundo, en Schreber la aparición de Dios introduce un desorden, un fallo, una fisura en el orden del mundo. El nombramiento de Schreber lo pone ante un significante nuevo cuya función no puede encarnar, y a la vez, y ahora lo sabemos, el significante del Nombre del Padre, fue tocado por dos abortos de la mujer, pregunta por el hombre, pregunta por el padre.

Schreber acepta convertirse en una mujer para Dios, toma la vertiente del amor extático donde el Otro es la alteridad absoluta y el sujeto queda abolido: La erotomanía divina.

Las modalidades del amor… hay que seguir las indicaciones de Lacan, la modalidad del amor extático hay que tenerlo muy en cuenta en las psicosis.

Rosa Uriz

 


 

 

Bilbao, 07-07-2012

Seminario 3. “Las psicosis”. Capítulos 23, 24 y 25
ANDRÉS BORDERÍAS

Lacan está intentando construir el edificio estructural de la psicosis interesándose por la estructura significante de la psicosis. Es la época del Lacan hegeliano, de la intersubjetividad, del surgimiento de un sujeto con respecto al Otro (alienación y separación).

Lacan plantea en estos capítulos una interrogación sobre los límites de la intersubjetividad para dar cuenta de los fenómenos de la psicosis. Le interesa la posición del sujeto en la enunciación.

Diferencia entre lo que uno dice (enunciado) y lo que quiere decir (enunciación), y encuentra la manera de articularlos. Si no hay un abrochamiento entre el sujeto del enunciado y el de la enunciación el sujeto tiene problemas de atribución.

Frente al sujeto se supone un interlocutor, un sujeto otro, lo que se traducirá en la intersubjetividad con el campo del otro (hay un otro que escucha). El reconocimiento del otro le permite al sujeto quedar articulado a elementos significantes. Lo que uno dice es interpretado por el otro, que decide el sentido de lo que uno dice. La significación viene del otro. Para salir de la dimensión imaginaria, destructiva, es necesario un Otro del reconocimiento, de la intersubjetividad. Lacan usa la metáfora de la carretera principal para referirse a un Otro que funciona, que articula la ley, lugar del reconocimiento, del valor fálico de las cosas; es un Otro regulado por el Nombre del padre. También hablará del anillo como anudamiento, el anillo es un significante mayor, equivalente a la función de nominación. La carretera principal tiene que dar cuenta de la filiación y la procreación. A Schreber le faltaba el significante del Nombre del padre y aparecen los fenómenos: en el campo de la lengua y en el cuerpo (hipocondría).

¿Cómo se produce el desencadenamiento? Hay un desanclaje del sujeto, de enunciado-enunciación. En Schreber se ve el fracaso de la intersubjetividad, y la palabra misma está mortificada.

Al final del Seminario Lacan establece la forclusión como repudio, lo cual le permite diferenciar lo específico del rechazo en la psicosis.

Ana Zabala

 


 

 

Bilbao, 15-06-2012

VIII SYMPOSIUM GRUPOS INVESTIGACION SCFBI
“Infancia y juventud bajo control”

El VIII Symposium se compuso de dos mesas donde se expusieron los trabajos de siete grupos de investigación de Bilbao y Barcelona, y de una conferencia final a cargo de Francés Vilá.

1ª MESA
Moderada por Beatriz Tomey

1-“Totó, el niño de la luna se pone al trabajo”
GI Psicoanálisis y prácticas educativas de Bilbao
Relatora: Itziar del Valle

En la viñeta presentada se resaltaron dos ideas: la primera, el niño no puede pasar solo de su posición de objeto a la de sujeto, segunda, los educadores acompañan a los niños psicóticos, sin un saber sobre el niño, sino rescatando el saber que está bajo las estereotipias, los gritos, etc. X, el niño autista presentado en esta viñeta evoluciona desde un sin palabras, gracias a sus construcciones con la luna, a la que llama Totó, a poder decir “no”, lo que le permite diferenciar entre lo que quiere y lo que no quiere sin tener que pasar por la agitación corporal, y a empezar a copiar el lenguaje escrito, con lo que al final, vemos que X está puesto al trabajo educativo a su manera. Detrás de esta evolución están unos educadores que se atienen dócilmente sin saber de antemano lo que le conviene.

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2- “Niños y profesionales bajo control. Consideraciones desde la conexión piscoanálisis-pedagogía”
GI Psicoanálisis y pedagogía de Barcelona
Relatora: Susana Brignoni

El grupo ha investigado este curso sobre: “Siglo XXI, Psicoanálisis y Pedagogía, ¿Qué actualidad?”, revisando la conexión iniciada hace 17 años, y revistiéndola de actualidad.

Desarrolló para la ocasión 4 puntos:

  1. Frente al tratamiento general sobre las personas, en nuestro caso niños, ¿cómo manejarnos con estos imperativos marcados por la certeza científica?
  2. Libro de Donna Williams, “Alguien en algún lugar”, sobre el autismo. Muy esclarecedor para entender la relación psicoanálisiseducación. El objetivo de la educación siempre ha sido erradicar el goce, por tanto, hay una función de control implícita. En los ejemplos del libro vemos cómo se dignifica el trabajo que los niños realizaban sobre lo real, sobre su propio insoportable.
  3. Lacan, prefacio de la edición inglesa del Seminario 11. Lo real en juego es lo imposible, es el tapón de lo que le sucede al niño. Psicoanalistas y educadores nos encontramos en el punto de intentar sacar el tapón, y de considerar la falta como algo a trabajar, no como un imposible.
  4. Un bello ejemplo de Lacan. En la entrevista que concedió en 1957. Lo necesario es que haya discurso, en el cual el niño es sumergido.

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3.- “En la escuela de hoy, ¿cómo alojar la diferencia?”
GI conexiones psicoanális-educación de Vitoria-Gasteiz-ICFBI
Relatora: Feli Caño

“En la escuela de hoy ¿cómo aljar la diferencia? ha sido el tema del GI y el título del XXVI Encuentro de trabajo celebrado en Vitoria el 26 de mayo, orientado y moderado por Anna Aromí.

  • Se destacaron varios puntos en la exposición:
  • el saber auténtico del niño.
  • el síntoma como algo a leer y no a borrar.
  • la relación problemática con el poder y no con el saber.
  • el goce es lo que no cambia, no se puede erradicar, sino tratar.
  • “alojar la diferencia” versus control.

Se hizo una llamada hacia la responsabilidad, proponiendo que para “alojar la diferencia” es preciso asumir la responsabilidad de saber reconocerla y que tiene que haber alguien que la reconozca y que pueda ejercer la autoridad para alojarla y así darle al sujeto su lugar, en el que pueda decir y ser escuchado, facilitándole que pueda encontrar su lugar desde su particularidad.

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4.- “Un caso que perjudica gravemente la convivencia”
G estudio de psiconálisis con niños y adolescentes
Relatora y redactora: Inmaculada Erraiz

Tomando el caso freudiano del “hombre de los lobos” nos presentó cómo Freud analizó y descompuso todo el comportamiento en síntomas para poder aliviarle de la angustia. Angustia y síntomas que fueron decisivos para que un niño bueno se convirtiera en insoportable. Serían, hoy en día, las “conductas que perjudican la convivencia”, las que se tratan de erradicar, y que sirven para controlar la niñez.

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Comentarios sobre la Mesa 1

Controlar lo que funciona mal. La disyuntiva sería: ir hacia estados más policiales o pensar en la dignidad del ser humano, preguntarnos, ¿qué le pasa?

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2ª MESA
Moderada por Begoña Isasi

1.- “N. una niña que se escapa del control”
G I el niño en el discurso analítico de Bilbao
Relatora y redactora: Iratze Redondo

N. es una niña de 9 años que se relaciona con chicas de 14 años y falta al respeto a padres y profesores. Sigue un tratamiento en un centro psicológico en el que se le ha prescrito reeducación, y a los padres se les da pautas. Los resultados son negativos.

Desde el psicoanálisis la pregunta sería ¿qué tratan de decirnos los niños con sus síntomas?, y no plantearlos como algo molesto a eliminar. Se trataría de saber algo de su subjetividad. El psicoanálisis respeta el saber del niño, y tiene en cuenta que se trata de un cuerpo marcado por la lengua.

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2.- “Palabras de niños. Silencios de adultos”
GI el niño en el discurso analítico de Barcelona
Relatora: Carmen Grifoll

El trabajo de este curso ha sido sobre ¿Qué es el inconsciente? Introdujo la película, “El profesor Lazhar”, para plantear la pregunta: ¿para qué sirven en la actualidad los adultos a los niños? Esta película ejemplifica tipos de otros.

  1. Domesticar el trauma. El psicoanálisis plantea no proteger, sino saber hacer con, responder a las preguntas que posibiliten la elaboración de lo que pasa, acompañarlos.
  2.  Curar el trauma. El psicoanálisis nos pone en el lugar del saber; no pone sus palabras, sino que ayuda a poner palabras.
  3.  Una serie. ¿Qué es lo que el sujeto perdió en la pérdida? Es algo del inconsciente, que habría que poner en palabras.

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3.- “Un niño es controlado”
GI el padre en la sociedad actual de Bilbao
Relatora: Cristina Califano

Lacan en el Seminario 3 designa la función del padre como significante que ha sido inscrito en lo simbólico. El niño renuncia a ser el falo de la madre y accede a lo simbólico; no sólo colma a la madre sino que también la divide.

En la viñeta presentada se ve el caso de un niño de 2 años con dificultades lógicas de separación del que la madre no puede separarse, y lo que es más llamativo, la justificación psicológica que esta madre hace del comportamiento de ambos. Como dijo Freud, el desamparo subjetivo es dejar al niño a merced de su goce pulsional.

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Comentarios mesa 2

¿Para qué sirven los adultos? Los adultos sirven para instilar a los niños el deseo de vivir, la vida merece ser vivida. El peligro es que se silencia a los padres y educadores con un saber científico.

¿Qué nos enseñan los niños? Que los adultos están alienados a significantes superyoicos. No hay lugar para la pregunta: ¿de qué se trata?, porque todo el tiempo estamos llenando cosas.

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Conferencia
“Controlar a los desatentos y a los que se sienten vacíos,¿cómo hacerlo?”
Francés Vilá

Hay ensamblajes de cuerpos y palabras que unas veces producen control y otras, descontrol.

Un paseo por los años 60. Todo lo actual empieza ahí. Es la época del inicio de la desregulación. Antes la pregunta era: ¿cómo se constituye el ser humano?, ahora sería: ¿cómo funcionamos? De la declinación del nombre del padre hemos pasado a los destinos de la pulsión.

Lacan en el Seminario 11 da la respuesta al cambio de época. El discurso del amo es ahora el de la biopolítica, se basa en el funcionar y el tratamiento mediante sustancias de las disfunciones.

Lacan insiste en que no hay funcionamiento si se ignoran los destinos de la pulsión.

El psicoanálisis va dejando la interpretación como un plus para pasar al equívoco resonante: introducir algún equívoco para que algo se escape sin querer decirlo.

Viñeta. Niña de 9 años, con un dolor insistente en la pierna, y una historia de pérdidas en su vida. Ahora está en el pasaje de niña a mujer, y puede tomarse un tiempo para hablar de la disolución de su infancia.

Ana Zabala

 


 

 

Equipo de Bitácora 19

Diana Echeverría, Esther González, Iñigo Martínez, Angelines Monreal, Rosa Uriz, María Verdejo, Susana Viar, Ana Zabala (responsable)