Curso 2014 – 2015

IV CONVERSACIÓN CLÍNICA DEL SCFBI»
Praxis Psicoanalítica. La Transferencia, o cómo incluirse en el inconsciente»

El 18 de octubre del 2014 tuvo lugar en Bilbao la IV Conversación Clínica organizada por el Seminario del Campo Freudiano. En esta ocasión estuvo presidida por Jean-Louis Gault, y coordinada por Mónica Marín.

Tarde calurosa, numerosos asistentes que fueron animando con su presencia la sala del Hotel. Nos encontramos con invitados venidos de Paris, A Coruña, Barcelona, Madrid y Málaga.

A las 14,00h dio comienzo. La Jornada estaba organizada en dos Mesas.

La Primera Mesa estuvo coordinada por Luis Alba y presidida por Jean-Louis Gault. Tres fueron los casos presentados por Mª Eugenia Insua, Nicolás Landriscini y José R. Ubieto.

La primera intervención fue la de Mª Eugenia Insua con «Confiar en la transferencia», que Luis Alba subtituló “Puntuar los excesos del abandono”. Preguntas de Mónica Marín y Félix Rueda acerca del estatuto del objeto voz, del ruido, del cuerpo y la mirada.

Su enunciación “voy a acabar debajo de un puente”, comentó J. L. Gault, cómo podemos interpretar –el abandono-. Cualquier sujeto tiene el estatuto de objeto y Lacan en 1976 dice que ésta es la verdad del sujeto, su estatuto de objeto. Ya en el Seminario XI, en el capítulo de «La excomunión» habla de la dimensión de lo cómico, que la clave está en el humor. Esto se ve en el Caso -«Yo tenía un destino de ser un objeto de rechazo pero ahora puedo levantar la cabeza»-. El trabajo del inconsciente bajo transferencia le permite la superación del síntoma inicial, aparecer en el mundo como un ruido parasito, a través de la desidentificación.

El segundo Caso fue presentado por Nicolás Landriscini “La doble vida de la Sra B”. La Sra. B llega con una demanda terapéutica y con la posibilidad de instalar un Sujeto supuesto Saber, al dirigir un “no sé lo que hago”. Está la angustia, está el extravío. En su intervención J L Gault comentó que la Sra. B “necesita un inconsciente vivo”, su extravío femenino comienza en el momento en que la maternidad se pone sobre la mesa, el estatuto de esta sujeto en relación a la madre como objeto a rechazar, por eliminar. Y nos recordó como Lacan dice de cómo se fue en el Otro un objeto querido o no querido.

Por último José R. Ubieto presentó el Caso “Del analista como la medida de las cosas al analista como semblante de objeto”. La paciente presenta la pregunta por cómo se puede acceder a la feminidad, con qué cuerpo. J. L. Gault nos recordó que la referencia a la Otra mujer Lacan la introduce en el Seminario III, en el comentario sobre el Caso Dora. Allí Lacan subraya la función de la Sra. K. otra mujer que la mujer del triángulo edípico, un cuarto elemento suplementario como dimensión sexual femenina. El proverbio –Tra moglie e marito non mettere il dito- es una metáfora para decir que no se entiende que pasa en una pareja, qué goce.

La Segunda Mesa estuvo coordinada por Mónica Marin y presidida por Jean-Louis Gault. Participaron Marta Davidovich, Blanca Fernández y Julio González.

El primer Caso fue presentado por Marta Davidovich con el título “He elegido estar sola”. Mónica abrió la Conversación con dos preguntas ¿Qué quiere una mujer de un hombre si no son hijos? ¿Cómo es que esta sujeto va a un psicoanalista si no le gusta hablar? La paciente se coloca en el lugar de la excepción con una fácil y pronta separación de una madre que no la orienta, ella ha elegido –estar sola-. Marta respondió que la paciente vino con la pregunta freudiana ¿qué quiere una mujer? Desde una posición viril. Ella hace una corta interrupción del análisis y vuelve, esta vez para saber. Una interpretación del analista –compresa-/-empresa-, señala algo de una elección del trabajo en el lugar de la mujer. En su intervención J. L. Gault interrogó acerca de la relación a la madre, del –vengarse de la madre-. Marta respondió que el vengarse de la madre es haber estudiado, haberse ido de la casa, dejar a la madre sola. Es una madre que eligió al hermano, y lo que la paciente le puede reprochar a la madre es haberla hecho mujer. Mónica Marín nos recordó que Freud en 1932 dice que lo que la hija reprocha a la madre –por qué me has hecho mujer-, por qué la ha hecho castrada como ella. El caso suscitó la conversación en torno a la pregunta por la feminidad y la posición de la paciente con respecto a su relación con los hombres.

Blanca Fernández presento el Caso “La impotencia como refugio”. Sobre el Caso Mónica Marín comentó sobre el goce escópico, una erotización del vínculo con el Otro materno, donde ambos miraban al padre -dormir la borrachera-. Un padre cuyo partenaire era la botella. J. L. Gault apuntó a la impotencia no como un síntoma sino como una inhibición, y nos recordó que Lacan asocia la impotencia a la identificación femenina. En el paciente hay una identificación fuerte a la madre. Internet es el dispositivo fetichista, cuando habla de ello lo hace desde una posición masculina, no femenina. No puede desear un cuerpo entero, solo puede por partes. Por último J. L. Gault refirió que el paciente a través de Internet mantiene una relación con dos cuerpos con una pantalla, pero en el análisis hay dos cuerpos sin pantalla. En su trabajo analítico hace aparecer sobre la escena el deseo viril.

Julio González en su trabajo «La profunda ambigüedad de la transparencia» planteó el problema de la transferencia y de la constitución del sujeto supuesto saber presentando el caso de un paciente que se aferraba a sus rutinas y rituales para no cambiar. J. L. Gault se refirió a la transferencia en sus dos versiones: condición y obstáculo. En el Caso la condición pasaba por el Amo no cuestionado (la madre como Amo absoluto), Amo que no se podía tocar, lo que dificultaba la división subjetiva y por tanto el trabajo analítico. Para la salida de este impasse propuso reintroducir la dimensión del deseo del sujeto: reconocer su propio deseo con el efecto consiguiente de división.

Rosa Uriz

 


SEMINARIO 6. «El deseo y su interpretación»

15 noviembre 2014

Enric Berenguer
Introducción al Seminario

En el Seminario 5 la simbolización del goce se articula de forma bastante estable. A través de la metáfora el goce se puede convertir en sentido. En el Seminario 6 algo empieza a escaparse en esa idea de que todo el goce se podría significantizar.

La metonimia es un término incómodo en el Seminario 5, el objeto metonímico no termina de ser metaforizado. Sin embargo metáfora y metonimia están articuladas, no se puede entender la una sin la otra. En el Seminario 6, la metonimia va adquiriendo importancia; también la metonimia es un tratamiento sobre el goce, una simbolización, aunque problemática porque así como la metáfora es una simbolización estable, un punto de capitonado: hay un recorrido y se produce una escansión, algo del ser del sujeto se puede nombrar, identificar, la metonimia es un movimiento disolvente de toda identificación, de toda estabilidad. ¿Qué es lo q estabiliza al sujeto y lo protege de esa metonimia imparable, mortífera del deseo?

Lacan muestra que la constitución del inconsciente se realiza en el lugar donde el Otro cae. Esa tachadura del Otro adquiere una interpretación imaginaria. Entonces lo que plantea por un lado es que el deseo del sujeto tiene como condición la barra sobre el Otro y a esto se le añade una significación imaginaria. Aparece la dimensión del deseo como tal y esto es interpretado por el sujeto en términos fantasmáticos.

La problemática del deseo le muestra a Lacan que los conceptos del falo, la castración y la metáfora paterna son insuficientes.

Lacan aquí pone el fantasma como dispositivo que reintroduce algo de lo vivo en este aparato metonímico que potencialmente es mortífero. El fantasma es lo que da una identificación al sujeto. ¿Con un elemento imaginario se puede suplir una carencia simbólica? Tiene que haber algo más porque si no, no habría ninguna diferencia con la psicosis.

En la función metonímica del deseo hay un desfallecimiento de la nominación y el fantasma está al borde de esa nominación. En la psicosis una alucinación como “marrana” no está al borde de la nominación, es una nominación, un nombre de goce del sujeto.

Lacan ve que con lo imaginario y lo simbólico no basta y se pregunta entonces por lo real, cómo el fantasma a través del objeto se vincula con lo real, algo del goce del sujeto queda alojado en el objeto desprendido y es así como el objeto puede sostener algo de esta identificación imposible.

Vemos el progreso: allí donde lo simbólico no llega aparece lo imaginario, pero luego su experiencia con la psicosis le muestra que no es suficiente con lo imaginario, que lo que estabiliza al psicótico con la deriva imaginaria es la alucinación como una nominación real. Es diferente el fantasma que el fenómeno elemental. Nombra algo del goce del sujeto pero a la vez el sujeto está separado de ese real por una estructura de borde que hace que ese objeto sea nombre de goce pero también está marcado por un vaciamiento.

Pone el acento no en la pérdida a través de la castración sino en que lo que se ha perdido se vuelve operativo. El objeto que se recorta y que no pasa por la mediación fálica tiene una función de goce.

Susana Viar

 


 

SEMINARIO 6. «El deseo y su interpretación»

Diciembre 2014

Pierre Guiles Gueguen
Capítulos I, II

En la clase de diciembre del Seminario de textos, Pierre-Guilles Guèguen presentó los primeros dos capítulos del Seminario VI «El deseo y su interpretación». Trató de dar una orientación general a la lectura del Seminario ya que estas clases: «Construcción del grafo» y «Suplemento de explicación» serán retomadas a lo largo del mismo.

Apunto sobre su clase: ¿De dónde viene este Seminario? De «Las formaciones del inconsciente» donde había un Otro consistente. Sin embargo ahora se da un cambio de posición al respecto, tratándose éste del primer Seminario de Lacan sin un Otro del Otro. El Otro no se puede ni cerrar ni terminar: es inconsistente. ¿Consecuencias? No se puede nombrar el goce y la distinción entre neurosis y psicosis también pierde consistencia, tomando más importancia lo real sin ley y la contingencia. Si en el Seminario V el Nombre del Padre podía hacer de cerradura de la cadena, ahora no hay un S1 para impedir la fuga de sentido. Y ante ese encuentro del sujeto con un Otro barrado aparece un fantasma. Así, con el fantasma, el registro imaginario que estaba desvalorizado adquiere también una nueva importancia.

A partir del Seminario V dos vías se abrían para el psicoanálisis: la del padre o la del deseo. Será el segundo camino el que tome Lacan. Pierre-Guilles Guèguen matizaba sin embargo que «deseo» es un término trivializado por su múltiple uso. Por lo tanto es importante subrayar que, en psicoanálisis, el deseo no es el afecto, ni la sensibilidad, ni la percepción, ni el leitmotiv. El deseo es el deseo inconsciente. Se opone así claramente el deseo a la voluntad yoica -como aparece desarrollado en el segundo capítulo-. Si se confunden deseo y voluntad se cree que el deseo podría estar completamente libre de angustia… dejando de lado la división del sujeto por el objeto.

También el grafo del deseo tuvo su espacio en la clase, diferenciando el primer piso -donde el sujeto se ata a la cadena significante y funciona ante la posibilidad de usar el lugar del código-; del segundo piso del grafo -donde aparece la pregunta sobre lo que el Otro quiere- y la respuesta fantasmática. Elaborando el lazo entre «yo-deseo-fantasma» Pierre-Guilles Guèguen hizo referencia al texto «Biología lacaniana y acontecimiento del cuerpo» de Jacques-Alain Miller, para poder repensar el cuerpo hablante.

En la conversación al final de la clase se planteó cómo introducir algo de una diacronía -tiempo de la palabra- dentro de la sincronía del goce, tema que será retomado por Vicente Palomera en los próximos capítulos del Seminario.

Iñigo Martínez

X SYMPOSIUN GRUPOS DE INVESTIGACION. SCFBI. Bilbao, 24 enero 2015
“NORMAS, INCERTIDUMBRES Y LAZO SOCIAL”

El X Symposium contó con la presencia de cinco grupos de investigación del SCFBI y un grupo invitado del NUCEP- Madrid. Se organizó en dos mesas, la primera estuvo coordinada por Fabián Fajnwaks y la segunda por Mónica Marín. Tras la lectura de los distintos trabajos presentados profundizaron en los aspectos desarrollados en cada una de las ponencias.

1ª mesa. Presidida por María Verdejo

GI psicoanálisis y prácticas educativas. Bilbao
Ponencia “Los hilos de la camiseta”. Marta Beascoechea.

Presentan a un niño que ante la mínima dificultad grita muy agitado que no sabe. Su balanceo continuado, el ocupar mucho espacio al sentarse, su desparramarse en su silla, su mirada esquiva, de reojo, su agarrarse los ojos para cerrárselos, su verborrea, sus diferentes voces, provenientes de personajes de videojuegos, su decir que tiene diferentes partes de sí y que cada una es una voz diferente. Voces que resultan atosigantes y angustiantes para él y para los demás, originando un rechazo y alejamiento.

El grupo analiza cómo el niño establece lazo social con su maestra. Lazo que le permite acceder a parte del curriculum y cómo la docente va situándose ante su propia incertidumbre escuchando al niño, recogiendo lo que éste le plantea, en la medida que la escucha tiene una función social, estableciendo un vínculo entre el que escucha y el que dice. Su acompañamiento a lo largo de ese enseñar y aprender, respetando las construcciones del niño que al final y en su despedida le entrega dos hilos de su camiseta. Los hilos que le han ayudado a ir construyéndose como sujeto con un Otro no persecutorio, favoreciendo que el niño ocupe el lugar de alumno, que consiente aprender.

La maestra recoge el interés del niño en dibujar sus personajes favoritos y las leyendas sobre ellos acompañadas de canciones Rap que el niño canturrea constantemente y que posteriormente accede a escribirlas. Y es precisamente a través de estas estrategias donde descubre los miedos del niño, sus defensas ante ellos y un nuevo enfoque ante todo ello. El niño poco a poco encuentra una nueva manera de presentarse ante el resto de la clase modificándose la relación con los otros y de éstos con él.

GI conexiones psicoanálisis-educación. Vitoria
Ponencia «Encuentro advertido con un síntoma adolescente». Mª Felisa Caño.

Este grupo basó su ponencia en el texto: «Pensar las adolescencias» de Susana Brignoni.

Plantearon la dificultad que presentan algunos adolescentes en aceptar las normas, en apaciguar sus miedos, incertidumbres y en establecer vínculos.

Los adolescentes tratan de buscar una solución a sus dificultades, a su sufrimiento. Dirigen al Otro una demanda, buscando hacerse escuchar y será determinante la respuesta que den los adultos.

Los educadores si dan el lugar, el tiempo y su presencia, si se hacen cargo de la demanda, será el mismo adolescente el que pueda decidir tomar la oferta y construir algo nuevo alrededor de ella.

El grupo presentó la viñeta de un adolescente que está lleno de angustia y se le ayuda a poner palabras a lo que le pasa. Una de las docentes hace un invento en torno al síntoma del adolescente y éste pasa, de romper a componer, de molestar a participar, de ser objeto a sujeto que se ocupa, que ofrece soluciones, que dice “Yo puedo”, «yo sé», “yo sí”.

El adolescente de este caso, con su síntoma, llamaba y hacía una demanda. Insistir en la eliminación del síntoma solo llevaría a fijarlo en él. Dándole un lugar en el Otro de referencia, en este caso, ha sido el invento de la profesora de convertirlo en su auxiliar, ha facilitado que frene en parte su angustia.

La profesora hace su propia invención, el adolescente ha hecho lazo con la materia y con la profesora y en consecuencia los otros también han producido otro lugar para este sujeto.

El cambio de sujeto es efecto del cambio de lugar. Se trata de ofrecer oportunidades para que el sujeto pueda optar a ocupar otra posición.

La docente ha mostrado el efecto que puede tener un nuevo reconocimiento de este alumno, sirviéndose de lo que él maneja, el ordenador, que le permite tener algo entre las manos que lo calma y dar el paso de ser castigado por estropear el ordenador a premiarlo por usarlo ayudando al docente a impartir la materia.

La profesora comenta que su invento está funcionando y que no sabe lo que puede durar, que puede ocurrir algo que haga que se desbarate. Esto es su incertidumbre. Incertidumbre que está en todos lados, en el centro y en él mismo.

GI psicoanálisis y prácticas educativa. Cantabria
Ponencia “Buenos encuentros”. Elena Esther Gómez.

La lectura del libro de Martín Egge de título “El tratamiento del niño autista” les ha llevado a reflexionar sobre el autismo y la psicosis infantil constatando que la norma para estos sujetos no va, que la incertidumbre es constante en el día a día con ellos y que a pesar de todas las dificultades, la apuesta es siempre conseguir que puedan incluirse en lo social, cada uno a su manera.

Para el psicoanálisis lacaniano la causalidad de la psicosis infantil y del autismo está relacionada con la falta de un agarre simbólico del niño a su Otro, bien porque el niño es tomado como objeto por el Otro o bien porque el niño no logra, a pesar del ofrecimiento del Otro, salir de su estado de objeto. Por eso hay que entender las implicaciones subjetivas que están operando en el niño, en la relación con su cuerpo, con los objetos y con sus semejantes.

El tratamiento con el psicótico y especialmente con el autista nos hace preguntarnos ¿Cómo hacer si no confían en el Otro?, ¿cómo hacer que el Otro no sea persecutorio?

Se trata de construir puntos de referencia que limiten esa dualidad persecutoria y que permitan construir un Otro regulado para el niño, en el que pueda encontrar su lugar y le permita incluirse en el lazo social.

Se constata que para el niño psicótico, lo real está muy presente en la palabra y ésta a menudo le resulta especialmente enigmática, intrusiva y angustiante.

Reflexionan en cómo incluir a estos niños en la educación reglada y constatan que el adulto que está con ellos, tendrá la posibilidad de llevar a cabo una función educativa si identifica y respeta las condiciones en las que cada niño aprende.

Es difícil pensar la inclusión en el ámbito educativo si lo que se espera de estos niños es que se adecuen a las conductas “aceptables” en un aula, si se confunde la inclusión con la adaptación a un tipo de funcionamiento normalizado.

Para el psicoanálisis, la inclusión tiene que ver con establecer un lazo social. La inclusión que importa para cada uno es la inclusión en el vínculo del Otro, sea cual sea el contexto en que esto se produzca.

La dimensión clínica debe estar presente en la escuela y lo estará desde el momento en que se hable del alumno con dificultades especiales como de un sujeto, con una historia propia, con capacidades para decidir y escoger, con un modo singular de acercarse y de alejarse del Otro y con un deseo no siempre fácil de reconocer.

2ª mesa. Preside: Beatriz Tomey

GI psicoanálisis y medicina. Bilbao
Ponencia “A más normas y protocolos, más ética”. Lierni Irizar.

Reflexionan sobre los protocolos y constatan que aunque cumplan un determinada función, no pueden anular las cuestiones éticas, que han de regir la clínica.

El análisis sobre distintas prácticas médicas y textos les lleva a reivindicar los aspectos de la ética del psicoanálisis que pueden ser importantes también para la ética médica.

El cuerpo de la medicina y el del psicoanálisis no son el mismo cuerpo. El humano no es sólo un cuerpo objeto, fragmentado. Tener en cuenta que hay un goce del cuerpo, permite cierta prudencia con las intervenciones que se realizan.

Constatan que en el discurso de la ciencia, el médico tiene un saber científico y que la clínica le enfrenta a un “no saber” que concierne al sujeto particular. Por lo que es fundamental la escucha de lo que cada sujeto tiene que decir. La escucha implica reconocer que hay distintos tiempos lógicos en el proceso de comprensión del sujeto.

Para el psicoanálisis, ver, comprender y concluir son esos tiempos. Es necesario que el profesional los tenga en cuenta para que esta lógica pueda desplegarse también en el sujeto. Si no se escucha se corre el riesgo de confundir la demanda del sujeto y su deseo que no siempre coinciden.

Otro aspecto a considerar es la pulsión. Freud afirmaba que lo pulsional es más fuerte que lo racional. Por eso la información es insuficiente para modificar la vida de las personas. Hay una parte de lo pulsional que lleva al amor, al lazo con los otros, pero también hay que considerar la pulsión que lleva a la destrucción. No es cuestión de voluntad, ni de información sino de condicionantes inconscientes.

El psicoanálisis muestra que un sujeto puede estar aferrado a un síntoma. Los síntomas tienen una función y es importante tratar de entenderla antes de erradicarlo. El síntoma se puede entender como un mensaje y también como un modo de satisfacción paradójica y fundamental en el sujeto. El síntoma se presenta como un avatar de la pulsión, un goce, y si se elimina, la pulsión sigue su curso como pulsión de muerte. Es necesario ser prudente ante un síntoma.

GI Clínica de la adolescencia. NUCEP-Madrid
Ponencia «¿Se puede «normativizar» el goce?» Rosa Liguori

El brusco despertar del sueño infantil lleva al encuentro con lo real del otro sexo. Ante lo imposible de la relación sexual el adolescente inventa algo que posibilite para él una relación con el goce: esto es su síntoma.

Los actings y pasajes al acto adolescentes se deben a la máxima tensión entre Eros y Thanatos que los enfrentan al vacío de ¿quién soy? ¿qué soy para el otro? y esto no es sin angustia. El trabajo en análisis frente a estas conductas que no implican al Otro, es tratar de ligarlas a respuestas sintomáticas. Lo real del goce no se normativiza como creen los conductistas: la norma no es la vía para tratar el goce.

Los adolescentes, extraviados con su goce, se encuentran con una dificultad simbólica y están envueltos en el alboroto de sus actuaciones. Atravesados por un goce extranjero, no creen en su síntoma y en su determinación inconsciente. Su palabra no se abrocha a su decir inconsciente, hay distancia con el saber.

La oferta del psicoanálisis es poner a trabajar la palabra del sujeto para que tenga efectos sobre el goce, para que algo de lo simbólico puede socavar lo real. Confía en el poder creacionista del lenguaje para transformar algo de lo real en juego. La creación, y no la norma, es lo que posibilita trabajar lo íntimo del discurso del sujeto.

GI el niño en el discurso analítico. Bilbao
Ponencia «El deseo y su relación con el significante». María Verdejo.

El niño está confrontado al impacto primario de lalengua sobre el cuerpo viviente y está convocado a hacerse soporte de él. El niño no habla a cualquiera, el niño se dirige a alguien, y para que esto se produzca es necesario que se den unas condiciones de posibilidad que alojen su decir, como lo pone de manifiesto el caso que se presenta.

Se trata de Ane, una niña de 6 años, que deja de hablar a los 15 meses, y que actualmente se presenta con una gran agitación. Ane ha aprendido a leer y escribir. Ante una pregunta que ella hace a la analista y ésta responde dándole un lugar («esta es la silla de Ane»), puede permanecer sentada y comenzar a dibujar y escribir. Así, en un momento y, gracias a las direcciones de los whatsapp del móvil que descubre encima de la mesa de la consulta, escribe la palabra ABANDONO. El inconsciente aparece de esta manera, la niña sabe más de lo que sospechan los adultos, sabe cuál es su posición en relación al Otro y lo puede nombrar.

El tratamiento analítico produce un desanudamiento operado por la palabra dirigida al analista que sabe cómo uno se enreda con las palabras de los allegados, con las de su Otro y con sus propias palabras. Se trata, como dice Lacan en el Seminario 6, de dejar un lugar vacío para que el deseo se sitúe ahí, más allá de las identificaciones del sujeto y de los ajustes de la realidad. El psicoanálisis se funda en una respuesta sobre el deseo de acoger la palabra y la singularidad del caso.

Cristina Valverde, Blanca Martínez Bellido, Ana Zabala.

 


 

SEMINARIO 6. «El deseo y su interpretación»

Enero 2015

Vicente Palomera
Capítulos III, IV, V

Vicente Palomera comentó estos tres capítulos pero tomó como referencia los capítulos del 3 al 7, es decir, la primera parte del seminario dedicada al deseo en el sueño.

Comenzó comentando el sueño de la pequeña Anna, sueño infantil en el que para Freud aparece la desnudez del deseo, poca ambigüedad en contra de lo que ocurre en el sueño del adulto. Es un sueño articulado en voz alta que muestra la presencia del significante. El sueño es un texto en el que el significante se presenta floculado, como en copos, solidificado. Son significantes elegidos, no indiferentes ya que son todos los alimentos prohibidos para ella ese día. Eso introduce una continuidad en los significantes elegidos. Una continuidad en la diversidad del sueño.

Lacan plantea también la pregunta por cómo se constituye la realidad y critica la teoría asociacionista y la teoría del campo como concepciones fallidas de aprehensión de lo real. Considera que a priori la realidad es continua y la fragmentación viene del lenguaje.

Palomera se centró también en la cuestión de la distinción entre enunciado y enunciación. Lacan toma el grafo del deseo para plantear que en el piso inferior encontramos el enunciado, los mensajes proferidos, la información, y en el piso superior la enunciación, el inconsciente. Arriba, no se trata de información sino de modelización (temor, alegría, tristeza, etc.) Es el nivel de la pulsión y del inconsciente.

Lo que permite comunicar estaría abajo, la unidad de la frase, y la fragmentación arriba. También lo tácito, lo que se dice en silencio.

Lacan afirma que el sujeto es el sujeto que habla y por eso, el objeto de la necesidad pasa a ser objeto de la demanda. Depende del querer, del deseo del Otro, pasa por el campo del deseo.

Vemos que en el sueño de Anna, ella se nombra y luego dice una serie de significantes de comida. Ella se pone en escena en tanto sujeto de la enunciación pero la distinción entre enunciado y enunciación es vaga.

En el niño falta algo en la estructura y Lacan utiliza el test de Binet para plantear que el sujeto no puede descontarse, se cuenta en la frase: “tengo tres hermanos Pablo, Ernesto y yo”. Descontarse es borrar, una sustracción, un borramiento o negación.

Lacan comenta también el sueño del padre muerto relatado por Freud en el que hay una omisión. El padre estaba muerto, “según su anhelo “, añade Freud y considera que ha habido una represión, una sustracción significante. La elisión produce un efecto de sentido, un efecto metafórico. “Según su deseo” recae sobre el nivel inconsciente. Lacan plantea que lo que está en juego son las tácticas de la elisión, del camuflaje.

Palomera comenta entonces las diferentes tácticas de camuflaje que Lacan menciona:

La negación. Recae sobre el sujeto del enunciado. (No es mi madre)

No digo que…y digo algo. No niego el enunciado sino el decir. Se borra el lugar de la enunciación.

Censura. Borradura. El significante borra la huella. El problema de la censura es que deja huellas, el borramiento mismo deja huellas. El sueño es un texto en el que se han dado este tipo de borramientos.

El no expletivo, redundante, superfluo. Lacan considera que tiene un valor. Plantea una discordancia entre el enunciado y la enunciación.

El absurdo. Es decir no sin decirlo.

El síntoma. Es una deformación, una mentira, una sustitución de otra cosa.

El borramiento del sujeto. El borramiento más radical es el del significante, el sujeto tachado. No hay otro signo del sujeto que su abolición. El sujeto está representado por un significante para otro significante y representado quiere decir que el sujeto no está presente, que está en otra parte.

Hay una abolición del sujeto que evoca la abolición definitiva, la muerte. Aquí Lacan introduce el dolor de existir. Dolor de existir cuando el deseo ya no está. Y frente al dolor de existir lo que tranquiliza es un deseo. Se necesita construir un fantasma. (En el sueño, un padre vivo)

Lacan, tras analizar las formas de abolición del sujeto afirma que hace falta el fantasma para constituirse como deseante.

Lierni Irizar

 


 

SEMINARIO 6. «El deseo y su interpretación»

Febrero 2015

Xabier Esqué
Capítulos VI y VII

Xabier Esqué acude a Bilbao para comentar el capítulo del Seminario VI, El deseo y su interpretación, en relación al sueño del padre muerto. Comienza la clase apuntando varias cuestiones sobre la importancia de la significantización del goce y la reescritura conceptual de las leyes del lenguaje. Las leyes del lenguaje se pueden leer.

El grafo del deseo es un sistema abierto donde el sujeto es subvertido. Considerando la interpretación del padre muerto en el grafo a partir de la célula elemental del grafo, que es el punto de capitón. Y que se sustenta en dos órdenes distintos: Significante y significado. Una relación que no es unívoca. Recordemos el famoso verso de Garcilaso “Un dulce lamentar de dos pastores”, se ha de terminar la frase para que ocurra el efecto de sentido, el punto de capitón que fija el sentido.

No hay última palabra. Es por esto que un análisis no se termina nunca en la dimensión del lenguaje. De esta manera, un análisis no es posible sin la comparecencia del goce.

En la metonimia Lacan inscribe la falta en ser, la que va a nutrir el deseo. Del lado de la metáfora, en cambio, podemos apreciar un efecto de creación, un sentido nuevo. El piso primero del grafo responde a los cimientos del esquema de la comunicación. La alienación que nos produce la creencia en el Otro. En cambio, en el segundo piso, nos encontramos con la pregunta por el deseo, es aquí donde se puede inscribir lo propio de la experiencia psicoanalítica. El vector de la demanda es lo que empuja el grafo hacia arriba, como cuando la madre interpreta el llanto del niño, en función de su deseo. En estos tiempos donde todo es posible, en alusión a las nuevas tecnologías de la comunicación y la información, la aplicación del móvil nos dirá, que cuando el niño llora, es porque tiene hambre, frío, fiebre… cientos, miles de llantos de niños estadísticamente contrastados y con respuestas estándar. Pues bien, este Otro primordial tiene el poder, la fuerza, de hacer pasar la necesidad al registro del significante. Es el poder de lo simbólico, su potencia.

La idea del sujeto, para el psicoanálisis, nos sugiere que el sujeto no es el sujeto absoluto de Hegel. Para el psicoanálisis el sujeto es supuesto, indeterminado, es una variable, nunca es un sujeto acabado. Por ejemplo, en el grafo, el sujeto es lo que se supone en una demanda. Hay siempre, por tanto, un segundo significante que viene a desalojar al sujeto de su efímera certeza. El sujeto como una X. La madre en tanto es un ser de deseo se presenta con su falta. Ante la pregunta por el deseo del Otro, el fantasma será una defensa. Mostrando como el sujeto aparece como objeto del Otro, esta es la dimensión que nos lleva hasta el fantasma.

La experiencia de desamparo es la experiencia traumática del sujeto de la que éste se defiende recurriendo al registro imaginario. El fantasma se aparece para articular lo simbólico y lo imaginario, algo de lo que el sujeto psicótico no dispone. El fantasma se muestra, de esta forma, como un auxilio frente a la angustia que desencadena el deseo del Otro. El fantasma fundamental se va construyendo, entonces, a lo largo de un análisis a medida que el sujeto se va desprendiendo de envolturas imaginarias y simbólicas que envuelven el objeto. Ya que la estructura del fantasma se sostiene de cierta fijación ante el objeto, ¿Cómo mantener el frágil equilibrio entre el sujeto y el objeto para que puedan mantener una situación de cierto acomodo, de equilibrio?

En un análisis se trata más bien de movilizar la posición fija fantasmática, “Qué es lo que el Otro quiere de mí”. Paradójicamente, en el análisis sucede que del fantasma más bien se calla, en cambio del síntoma hablamos mucho…

Cosme Sánchez Alber

 


 

SEMINARIO 6. «El deseo y su interpretación»

Marzo 2015

M. H. Brousse
Capítulos VIII, IX, X

Marie Helene Brousse en la clase de marzo nos explica los capítulos VIII, IX, X del Seminario 6. Lacan critica de fondo a la analista Elle Sharpe, a la cual también felicita, de su sensibilidad, lucidez, manera extremamente fina de dilucidar los elementos que van a servir para su nueva teoría. Parece un texto muy técnico, pero aplica el mismo método analítico, el método lacaniano. Lacan habla del goce de desciframiento muy frecuente en el mundo analista.

M. H. se interroga ¿de qué sirve el Grafo para Lacan? ¿Para qué? Es un mathema, pero muy particular: no es el mathema del fantasma, de la Metáfora Paterna. El grafo no es eso, es otra formalización, la dificultad tiene que ver con eso, con lo que Lacan intenta formalizar. Son vectores, trayectos, circuitos y red e implican un movimiento y no implican tanto la estructura del grafo, no deriva de la metáfora, de la sustitución, es otra cosa, por eso es más difícil de intelectualizar. Lacan cambia las letras utilizadas en el esquema anterior del grafo, pero adrede, porque al añadir un piso cambia el lugar de los ocupantes y eso añade dificultad.

¿Cómo diferenciar el fantasma del sueño? La diferencia entre las producciones del inconsciente que no tienen para nada el mismo estatuto, porque si el sueño es elaborado en el inconsciente, el fantasma en este momento del seminario, es inconsciente. ¿Cómo diferenciar fantasma y sueño? Lacan dice que es a partir de lo simbólico, porque si nos quedamos en lo imaginario no se puede diferenciar sueño y fantasía. Se puede añadir aquí sueño y síntoma.

Lacan habla de trabajar con el control, a partir de tres posiciones: controlador/controlante; analista y analizante. Aquí plantea la fórmula de la Enunciación, analizando el caso de una analista en una posición de ceguera, que tiene que ver con el enigma de la enunciación. Al final de su trabajo desvela eso, que Ella Sharpe está ciega y eso tiene que ver con la posición del analista, en tanto funciona como objeto que no ve nada. Cuando el analista habla de su trabajo con un paciente funciona como sujeto sujetado también a la cadena significante.

Esta doble posición del analista implica la necesidad de control. ¿Cómo puede funcionar código y mensaje en el control? Hacerse ciega es un efecto de estructura, ceguera que tiene que ver con la estructura del mismo dispositivo. Ella Sharpe analiza en términos de lo Imaginario, cuando tiene que ver con la dimensión de lo Simbólico, pero otra cosa es que ella no calcula qué posición es. M. H. se pregunta ¿dónde está el investigador (control) cuando no es investigador? ¿dónde está el objeto del analizante? Ella analizando el caso de la tosecita Lacan se pregunta por el mensaje. ¿Qué es? Después va a volver al fantasma del perro que ladra. Esto es un acting out, la tos hace ver el goce del sujeto, la tos tiene que ver con el ladrido, la tos y el ladrar son dos maneras de hacer existir. Plantea que el analista está en el goce sexual, masturbándose…

Un sueño tiene el carácter de un discurso. El sueño es un relato, es cosa del discurso. No estamos en la misma posición cuando soñamos dormidos que cuando estamos despiertos. El sueño tiene carácter de discurso, es un enunciado muy freudiano.

En el capítulo IX Lacan se centra en la definición del Afecto. A partir de 1968 el sujeto no es tanto S sino objeto, y así es que funciona en la cadena significante. Lacan dice que “el S está en esta cosa obscura que se llama a veces trauma y otras veces placer exquisito (goce)”. El sujeto es un objeto pero cuando habla o es hablado ¿es sujeto? Es en el afecto, es afectado, “está fuera de sí mismo”, salirse de la cadena.

El verbo transitivo o intransitivo. Es el tipo que se masturba y esa mujer, es su doble, se masturba con su doble femenino. Parece un síntoma aquí pero no lo es, M. H. lo ve más como lo que le permite, lo que ordena el fantasma, lo que le posibilita ocupar todas las plazas (hombre/mujer) en el mismo momento, saca la castración de encima.

Es un dispositivo que permite no encontrar ninguna pérdida en el funcionamiento de goce. Por eso Freud dice en «Pegan a un Niño», que puede producir un horror si ocurre en lo Real. La actividad más económica en términos de libido es la masturbación de este tipo.

La tos hace surgir al Otro no tachado. Lo que viene a organizar la tos es que la analista no sea castrada. Lo último de la Neurosis es reconocer la castración.

Irune Korres

 


 

SEMINARIO 6. «El deseo y su interpretación»

Abril 2015

E. Paskvan
Capítulos XI, XII

En estos capítulos, gracias a la narración detallada que Ella Sharpe hace del sueño de un paciente y de su análisis, Lacan hace su interpretación del sueño del paciente de Sharpe.

Va desgranando una dialéctica entre sueño y fantasma, donde la cuestión del fantasma se multiplica. Del lado del fantasma el sujeto se hace representar por un significante “guau-guau”; Lacan describe que cuando el niño accede al significante, cuando puede decir “guau-guau” ese guau no pertenece al perro sino que lo sustituye y va nombrando con esto a todo. Es el momento en el que el niño puede nombrar algo.

Es un significante, por el que se hace representar, pero que también le facilita al sujeto situarse como otro en el fantasma: i (a).Tenemos un significante por un lado y el pequeño otro, el semejante, en el fantasma. Esta desaparición del sujeto por un otro ya señala algo del fantasma; aparece algo enigmático, disimular su presencia por algo que justo llama la atención. Y esto lleva al paciente de Ella al recuerdo del perro que se masturba, a partir de la tos cuando entra en el consultorio.

Lacan se pregunta ¿dónde está el falo? Y nos dice que hay escamoteos por doquier; para responder a esto es crucial, en la interpretación del deseo, la referencia al niño de San Agustín que ve a su madre con el bebé en el pecho.

Tenemos primero la imagen del otro, del semejante, sustituyendo a $. En segundo lugar se trata de la relación del sujeto con su propia imagen, en la medida en que la ve en relación a su madre. El i(a), el semejante, está en posesión del seno de la madre; aparece como el objeto deseado pero el sujeto está privado de él. Aparece este objeto como simbolizado, ha tomado valor significante; ingresamos en la actividad simbólica en sentido estricto. El objeto a en tanto significante puede entonces ser sustituido por otros objetos.

También en esta dialéctica se juega el falo; el falo se relaciona con esta dialéctica del ser porque el ser es en tanto algo falta, es ser castrado. Por el lado del hombre se pondrá en juego la cuestión de la falta “no sin tenerlo” y por el lado de la mujer “es sin tenerlo” Se trata de un juego de palabras con ser y sin.

En el paciente de Ella, Lacan encuentra una pista en la transferencia “su análisis es un prolongado juego de ajedrez” y dice, contrariamente a lo que dice Ella, que es como los malos jugadores de ajedrez; no quiere perder la dama.

En el sueño la dama es la mujer, es el falo fuera de juego que está preservado. Lacan explica que para el sujeto, el partenaire femenino representa un tabú; para él el significante falo es idéntico a todo lo que se reproduce en la relación con su madre. Y Ella Sharpe está en la posición de I, lo mismo que la madre.

Lo que el paciente rehúsa es que el falo no esté del lado del analista y Lacan dice que justamente se trata de mostrar que la mujer está castrada.

Ella Sharpe está en el fantasma del lado del i (a) pero del lado del Otro simbólico, Sharpe está del lado del I: aparece como la dama. Y la omnipotencia no está del lado del sujeto, sino del lado del analista.

El deseo del sueño se puede entonces interpretar en relación a la imagen prevalente, la vaina donde el sujeto ve envuelto, capturado, su deseo sexual. El paciente no puede poner en juego el falo, que sigue siendo inherente al Otro; el sujeto se encuentra ahí atascado. Lacan va a decir que se trata de un deseo masoquista.

Esto explica el síntoma del que se quejaba y que lo llevó al análisis: miedo a tener demasiado éxito.

Esther González

 


 

SEMINARIO 6. «El deseo y su interpretación»

Mayo 2015

Vilma Coccoz
Capítulos XIII, XIV

Con la pregunta “¿Cuál es el fundamento del acto analítico? Vilma Coccoz introduce la exposición de los dos primeros capítulos del apartado sobre Hamlet del Seminario 6. Los títulos “El acto imposible” y “Atrapadeseos” respectivamente.

Vilma Coccoz expone que el acto analítico es una intervención en lo simbólico que tiene efectos en lo real y prosigue, un acto que no se puede universalizar, que tiene consecuencias y que porta un registro ético en el que el sujeto tiene parte activa.

Con esta puntualización sobre el acto introduce el comentario de los dos primeros capítulos sobre la tragedia de Shakespeare. Vilma Coccoz pone de relieve que Hamlet es una tragedia que gira en torno a qué hacer con aquellos que es revelado, qué hacer frente al acto imposible y ante el cual, con todo su dramatismo, el sujeto está convocado a responder, a pesar de la paradoja que entraña tener que asumir aquello que viene o la posibilidad de que exista una opción.

Al hilo del texto la docente nos recuerda que el personaje de Hamlet ya fue tratado por Freud y que Lacan lo retoma para reelaborar la lógica del complejo de castración. Destaca que para Freud está en primer plano es el escrúpulo de conciencia “(…) así, el acto que debería moverlo a la venganza se trueca en autorreproche, en escrúpulo de conciencia (…) de tal modo he traducido a lo conscienciente aquello que en el alma del protagonista tiene que permanecer inconsciente”

¿Qué son esos escrúpulos de conciencia? Nos plantea Vilma Coccoz, no son una elaboración sintomática ya que el síntoma es descifrable y el escrúpulo no. En esos “escrúpulos” está el goce, sugiere.

El enunciado equívoco tampoco es suficiente para basar su acción en él, sostiene Vilma Coccoz, ya que la misión de los escrúpulos de conciencia es la de convocar su propia culpa “el crimen de existir, el ser o no ser, un padre que muere en la flor de sus pecados sin tiempo para purgarlos”.

Es de nuevo una pregunta, en esta ocasión la que esboza la diferencia entre el padre simbólico y el real, la que hace avanzar la exposición. A diferencia del simbólico, propone Vilma Coccoz, el padre real es el padre singular, que actúa, que su acto tiene consecuencias “el padre real es más importante que la vedad. Si dejó o no una marca de goce, si dejó una huella cual fue. Ese goce que no se puede nombrar y que toma forma de una falla, de un pecado que está en el origen de la cultura. En Hamlet la sombra del padre cae como una losa sobre él” ¿Qué hacer con el goce del padre cuyos pecados no expiró? Todo está entre el goce y la castración. Algo del goce no pasa por la castración, por el falo, manifiesta Vilma Coccoz.

Hamlet para salvar el honor del padre toma a su cargo el ser o no ser, toma a su cargo el pecado no pagado. Tiene que pagar en lugar del padre. Esa es la operación de la castración, él se convierte en agente de la castración auque en esa operación se castigue a sí mismo. “Es esa operación de la castración la que permite que el deseo se resuelva a través de una articulación simbólica por el buen camino para que no haga falta privarse del exceso a través de inhibición, síntoma y angustia, que se ubique correctamente la falta del sujeto y la falta del objeto” insiste la docente.

El hombre no solo está investido por el deseo sino que habrá de encontrarlo aún a riesgo de la propia vida en dónde está en juego el ser para la muerte o el ser para la castración.

Inmaculada Erraiz

 


PROYECCIÓN DEL DOCUMENTAL “A CIELO ABIERTO”

El viernes 15 de mayo del 2015 asistimos a la proyección del documental “A cielo Abierto” organizada conjuntamente por el Seminario del Campo Freudiano de Bilbao (SCFBI) y la Asociación de Salud Mental y Psiquiatría Comunitaria (OME-AEN) con la colaboración de Teadir Euskadi y que tuvo lugar en la sala Ondare de la Diputación Foral de Bizkaia.

Podríamos comenzar con el interrogante con que Julio González ,psicoanalista, miembro de la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis(ELP) y de la Asociación Mundial de Psicoanálisis (AMP) y responsable de docencia del Seminario del Campo Freudiano de Bilbao, nos presentaba el documental: Entonces, “A cielo abierto” es una película sobre qué? Y La propia autora Mariana Otero responde “ es una película sobre una visión singular del mundo, a través del recorrido de algunos niños que tienen una relación radicalmente diferente con ellos mismos ,con el cuerpo y con el otro .Sí pero es también una película sobre la mirada , no una mirada en particular ,sino sobre el recorrido del pensamiento que la mirada debe tomar para desplazarse y lograr ver .Es una película que cuenta el trabajo , el camino de la mirada .Mirar es deshacerse de nuestros a priori , es experimentar el pensamiento. Es siempre eso, por supuesto, pero no lo sabemos necesariamente. Traté de mostrarlo, de hacérselo vivir al espectador.

Entonces, de ¿qué se trata? Para responder a este interrogante tuvimos la ocasión de escuchar algunos testimonios, que desde la mesa animada por Julio González estaban invitadas a compartir sus lecturas de esta película Vilma Coccoz, María Verdejo y Pía Nebreda.

Pía Nebreda, psicoanalista, miembro de la ELP y de la AMP y vocal en la junta de Teadir Euskadi rescataba la delicada presencia de los operadores en Courtil, una institución muy especial, una institución que alberga un Otro no-todo que permite al sujeto alojarse en él. Y gracias a la mirada de la artista, que no busca, encuentra, tenemos la oportunidad de conocer esa pragmática que orienta Courtil, la practique à plusiers ,y el valor, por tanto, del saber que desprende de este. Una práctica que orienta los talleres de juego con niños de Teadir Euskadi que llevan ya un año en marcha.

María Verdejo, psicóloga en la UTE de Ortuella y coordinadora del Grupo de Investigación de psicoanálisis con niños de la nueva red Cereda, y del Grupo de Investigación de psicoanálisis y prácticas educativas del SCFBI, compartía con nosotros la posición de la autora Mariana Otero, destacando esa mirada abierta sin prejuicios, que tras pasar por el instante de ver, el tiempo para comprender y el momento de concluir nos brinda una película que se deja interrogar ,dónde se dejan fuera los prejuicios y la etiquetas y se da el espacio para preguntar sobre cada niño y ante el enigma de cada uno de ellos acompañarlos en su solución particular. Subrayaba lo interesante de la propia invención de la autora con su cuerpo-cámara y poder ver el mundo a través de los ojos de los otros. Mencionó una de las escenas que encontramos en las que un niño gira y gira; en ese momento aparece algo de lo que empieza siendo un juego placentero y que se vuelve un displacer, y escuchándolo encuentran una manera para parar y volver a encontrar el placer de jugar, por ejemplo, con una canción formule una pregunta y el niño pueda salir de sí e ir al Otro.

Vilma Coccoz ,psicoanalista, miembro de la ELP y de la AMP y responsable del Observatorio Internacional de Políticas del Autismo de la AMP que guarda un compromiso especial con la película quiso subrayar varias cuestiones: La primera era que este documental era una “obra de arte inmensa”, con una poética especial, con sus cielos y sus puertas. Un abrir los ojos, por un lado para interesarse y por otro para despertar, pero no una mirada intrusiva. Una mirada que acompaña este lugar de vida. Como segundo punto quiso subrayar cómo vemos en acción, dentro del marco del psicoanálisis lacaniano, la manera de tratar las relaciones de los otros y con los cuerpos de estos niños , y la reflexión de cada caso que nos lleva a los controles, las sesiones clínicas ,las presentaciones..Aquí encontramos este marco sólido y a la vez abierto a la sorpresa y el hallazgo. Nos remite a una pregunta que le hacían Bernard Seynhaeve sobre cuál es el perfil para trabajar en Courtil , a la cual responde que “ no estar muy seguro de lo que se es” ; gente que puede tener cuatro títulos, con formación, pero no con una posición rígida. Continuaba Vilma Coccoz con un tercer aspecto del valor de este documental y que se articula con la importancia de documento clínico en este siglo XXI; la gran riqueza clínica que nos encontramos, por ejemplo en la escena que vemos en acto una alucinación y cómo, de qué manera se opera en ese momento y da cuenta de la formación de los operadores de Courtil. Y como cuarto punto hacía mención al reconocimiento enorme a Courtil, como referente en el mundo, que nos hacen partícipes de sus hallazgos de una práctica de orientación lacaniana en instituciones.

Por su parte, Julio González apuntaba al efecto nuevo que encontraba en esa película residía en el canto a la vida, en que transmite algo de la vida. Rescataba también una de las escenas en las que uno de los intervinientes le dice a un niño “no te puedo dejar así” y está ahí con su presencia y no le deja sólo; y a partir de ahí inventan lo que van a hacer y cómo van a resolver la situación.

Entre los asistentes también se encontraba el psicoanalista Luis Alba quién mencionó la alternancia de los planos y el montaje en ese trabajo de sintaxis pensado desde una cuestión ética más allá de la técnica.

Mónica Marín, coordinadora del SCFBI, hizo referencia al profundo respeto de los adultos por los niños, en un marco donde no se trata de amaestrar ni deformar. Un respeto que se puede articular desde el profundo conocimiento de la clínica psicoanalítica y de una buena formación.

Desde el público escuchamos también un testimonio que si bien comentaba que al principio del documental no entendía nada, a lo largo del recorrido rescataba una escena, la de una jornada del desayuno entre niños e intervinientes en Courtil, para ensalzar la posición del los buenos profesionales de esta institución.

Y desde la junta directiva de Teadir recogemos ese anhelo que formulaban de la siguiente manera: “también queremos eso; es nuestro objetivo, nuestra meta. Si en Bélgica tienen Courtil, aquí queremos nuestro baserri”.

Con este anhelo y los efectos que en cada uno produjo la película sobre esta invención en lo cotidiano, clausurábamos una jornada en la que se desprendía lo vivo de este encuentro y con el ánimo puesto a futuras y próximas colaboraciones entre los presentes.

Jorge Lastra

 


SEMINARIO 6. «El deseo y su interpretación»

Junio 2015

Guy Briole
Capítulos XV, XVI

Guy Briole sitúa este seminario (1958-1959) en el año del deseo y la interpretación. Como paradigmas del deseo, Lacan elige hablar de Edipo y de Hamlet, por lo trágico que cada personaje enseña.

La interpretación, señala Briole, tiene dos sentidos, el de comprensión pero también la práctica del acto, que es a dónde Lacan apunta.

En la construcción del caso, Hamlet es situado como “prototipo moderno del malentendido” que según la enseñanza de Lacan hace referencia a la falta y a un más allá del malentendido del lenguaje, con la imposibilidad de actuar de Hamlet. La obra insiste alrededor de la duda, de las vacilaciones de Hamlet, que son puntos que rescata Lacan.

En Edipo, sin embargo, los dioses le han asignado un destino sin malentendidos, perfectamente regulado.

El malentendido, para Lacan está incluido en la estructura misma del lenguaje. La falta de un significante en el lenguaje implicaría que ningún significante puede responder de lo que soy. No hay Otro del Otro y lo califica como uno de los secretos del psicoanálisis. ¿Cuál es el significante que falta al lenguaje? El falo, que es la significación inducida por el nombre del padre y concierne al Sujeto.

La obra de Hamlet es situada no en el lugar de la interpretación, ya que no hay ninguna indicación de cómo se debe ser en el lugar de Hamlet, sino como un lugar vacío, en donde poner nuestra ignorancia. Lacan dice que es parecido a la cuestión analítica, al lugar del analista que debe preparar un lugar vacío para que surja el del inconsciente del Otro. Hamlet es la obra del deseo, deseo de una voluntad de algo suspendido, donde surge una duda. No se trata de su deseo, ni del deseo del Otro, Hamlet es el lugar mismo del deseo, apunta el profesor. El drama de Hamlet es el encuentro con la muerte. Encuentra el obstáculo de su propio deseo ya que hay un lazo íntimo entre el homicidio y su propia muerte. El interés de la obra de Hamlet dice Lacan es que “la verdad del Otro es una verdad sin esperanza”, el Otro es la falta de un significante en el Otro, no hay garantía en el Otro, no hay Otro del Otro.

Diana Echeverría Pascual

 


 

Equipo de Bitácora 24

Inmaculada Erraiz, Diana Echeverria, Esther González, Lierni Irizar, Irune Korres, Iñigo Martínez, Cosme Sánchez, Susana Viar, Rosa Uriz, Ana Zabala (responsable)

Colaboran: Jorge Lastra, Cristina Valverde, Blanca Martínez Bellido