Leire García*

 

“Además, por largo tiempo no se observa en el niño nada de un instinto gregario o sentimiento de masa. Éste se forma únicamente cuando los niños son muchos en una misma casa, y a partir de su relación con los padres; y se forma, en verdad, como reacción a la envidia incipiente con que el niño mayor recibe al más pequeño. Aunque, por celos, querría sin duda desalojar al recién llegado, mantenerlo lejos de los padres y expropiarle todos sus derechos; pero en vista de que este niño -como todos los que vienen después- es amado por los padres de igual modo, y por la imposibilidad de perseverar en su actitud hostil sin perjudicarse, es compelido a identificarse con los otros niños, y así se forma en la cuadrilla infantil un sentimiento de masa o de comunidad, que después, en la escuela, halla su ulterior desarrollo. La primera exigencia de esta formación reactiva es la de la justicia, el trato igual para todos. Conocidas son la vehemencia y el rigor con que esta exigencia se expresa en la escuela, si uno no puede ser el preferido, entonces ningún otro deberá serlo.”

En Psicología de las masas y análisis del yo Freud rebate las opiniones de la época sobre la constitución de las masas y plantea que ésta se forma cuando una serie de individuos comparten la misma relación con el conductor, es decir cuando varios sujetos colocan al conductor de dicha masa en el lugar del ideal del yo. Esto permite que los individuos de la masa se identifiquen entre sí y se unan entre ellos por un vínculo de amor (identificatorio) subsidiario al amor que todos profesan al líder, colocado en ése lugar de yo ideal.

En concreto, en este capítulo le discute a Trotter la existencia de un instinto gregario.

Trotter intenta explicar la uniformidad del comportamiento de los individuos pertenecientes a una masa, a saber: la falta de iniciativa y autonomía del individuo, la uniformidad de su reacción con la de los otros, los rasgos de debilitamiento de la actividad intelectual, desinhibición de los afectos, incapacidad de moderarse y diferir la acción… mediante un influjo sugestivo que no solo puede inferir el conductor sino también cualquier individuo sobre otro.

Para estos fenómenos Trotter habla de un instinto gregario; es la tendencia de todos los seres vivos, que arranca de la libido, a unirse con otros; dado que el hombre se siente incompleto cuando está solo. Se apoya en la angustia que muestra un bebé cuando se le deja solo. Para Trotter esta pulsión es primaria y no susceptible de descomposición. Otras pulsiones que considera primarias: las de auto conservación, de nutrición y sexuales.

Freud le objeta que no atiende suficientemente al papel del conductor dentro de la masa.

La angustia del bebé se calma sólo cuando aparece su madre, no cualquier otro (el conductor que es obligatorio para que haya masa). En consecuencia no se observa en el niño un sentimiento de masa o gregario hasta que no tiene otro hermano por el cual siente una hostilidad (celos) por el amor de los padres; como este nuevo niño también es amado por los padres y esta hostilidad lo perjudica, se identifica con el niño; surge así su sentimiento de masa.

Rivales entre si, al comienzo, se identifican por su amor parejo hacia el mismo objeto.

Se produce una transmudación y sustitución de celos por el sentimiento de masa; se deja de lado la envidia originaria y surge la justicia social; todos renuncian a algo por igual.

El sentimiento social es 1º hostil que se transforma en ligazón de identificación. En la masa hay muchos iguales que se identifican entre sí con un único superior a ellos. En consecuencia el hombre es un animal de Horda que tiene un jefe, no un animal gregario.

Por que para Freud lo que es primario es el narcisismo. Lo social se hace en relación al narcisismo.

Este testo es posterior a 1914 cuando ya había escrito introducción al narcisismo, en esta obra Freud postula que el yo no es innato sino que se va adquiriendo en la relación con el otro. Distingue entre libido yoica y libido objetal y plantea que la libido yoica se transmuda a los objetos cuando la investidura del yo con libido a sobrepasado cierta medida (un fuerte egoísmo preserva de enfermar pero al final uno tiene que empezar a amar para no caer enfermo, y por fuerza enfermará si por una frustración no puede amar).

Describe las diferentes elecciones de objeto y plantea la formación del ideal del yo. Éste se forma a condición de la represión, por influjo de las normas paternas y culturales se van organizando las pulsiones y reprimiendo ciertas satisfacciones, en favor del amor parental. Estas normas dan lugar a la formación del ideal del yo, como parte del yo.

“Y sobre este yo ideal recae ahora el amor de sí mismo de que en la infancia gozó el yo real. El narcisismo aparece desplazado a este nuevo yo ideal que, como el infantil, se encuentra en posesión de todas las perfecciones valiosas… El hombre se ha mostrado incapaz de renunciar nunca a la satisfacción de que gozó una vez. No quiere privarse de la satisfacción narcisista de su infancia, y si no pudo mantenerla por las admoniciones que recibió en la época de su desarrollo y por el despertar de su juicio propio, procura recobrarla en la nueva forma del ideal del yo. Lo que él proyecta frente a sí como su ideal es el sustituto del narcisismo perdido de su infancia”

Una parte del sentimiento de sí es primaria, el residuo del narcisismo infantil; otra brota de la omnipotencia corroborada por la experiencia (el cumplimiento del ideal del yo). Y una tercera de la satisfacción de la libido de objeto.

 

*Trabajo presentado en el Seminario de Fundamentos del Curso 2008-2009