Jorge Lastra

 

Celebrado en Bilbao el día 15 de mayo de 2015

El viernes 15 de mayo del 2015 asistimos a la proyección del documental “A cielo Abierto” organizada conjuntamente por el Seminario del Campo Freudiano de Bilbao(SCFBI) y la Asociación de Salud Mental y Psiquiatría Comunitaria(OME-AEN) con la colaboración de Teadir Euskadi y que tuvo lugar en la sala Ondare de la Diputación Foral de Bizkaia.

Podríamos comenzar con el interrogante con que Julio González ,psicoanalista, miembro de la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis(ELP) y de la Asociación Mundial de Psicoanálisis (AMP) y responsable de docencia del Seminario del Campo Freudiano de Bilbao, nos presentaba el documental: Entonces, “A cielo abierto” es una película sobre qué? Y La propia autora Mariana Otero responde “ es una película sobre una visión singular del mundo, a través del recorrido de algunos niños que tienen una relación radicalmente diferente con ellos mismos ,con el cuerpo y con el otro .Sí pero es también una película sobre la mirada , no una mirada en particular ,sino sobre el recorrido del pensamiento que la mirada debe tomar para desplazarse y lograr ver .Es una película que cuenta el trabajo , el camino de la mirada .Mirar es deshacerse de nuestros a priori , es experimentar el pensamiento .Es siempre eso ,por supuesto, pero no lo sabemos necesariamente .Traté de mostrarlo , de hacérselo vivir al espectador.

Entonces, de ¿qué se trata ? Para responder a este interrogante tuvimos la ocasión de escuchar algunos testimonios, que desde la mesa animada por Julio González estaban invitadas a compartir sus lecturas de esta película Vilma Coccoz , María Verdejo y Pía Nebreda.

Pía Nebreda, psicoanalista, miembro de la ELP y de la AMP y vocal en la junta de Teadir Euskadi rescataba la delicada presencia de los operadores en Courtil, una institución muy especial, una institución que alberga un Otro no-todo que permite al sujeto alojarse en él. Y gracias a la mirada de la artista, que no busca, encuentra, tenemos la oportunidad de conocer esa pragmática que orienta Courtil, la practique à plusiers ,y el valor, por tanto, del saber que desprende de este. Una práctica que orienta los talleres de juego con niños de Teadir Euskadi que llevan ya un año en marcha.

María Verdejo, psicóloga en la UTE de Ortuella y coordinadora del Grupo de Investigación de psicoanálisis con niños de la nueva red Cereda, y del Grupo de Investigación de psicoanálisis y prácticas educativas del SCFBI, compartía con nosotros la posición de la autora Mariana Otero, destacando esa mirada abierta sin prejuicios, que tras pasar por el instante de ver, el tiempo para comprender y el momento de concluir nos brinda una película que se deja interrogar ,dónde se dejan fuera los prejuicios y la etiquetas y se da el espacio para preguntar sobre cada niño y ante el enigma de cada uno de ellos acompañarlos en su solución particular. Subrayaba lo interesante de la propia invención de la autora con su cuerpo-cámara y poder ver el mundo a través de los ojos de los otros. Mencionó una de las escenas que encontramos en las que un niño gira y gira; en ese momento aparece algo de lo que empieza siendo un juego placentero y que se vuelve un displacer, y escuchándolo encuentran una manera para parar y volver a encontrar el placer de jugar, por ejemplo, con una canción formule una pregunta y el niño pueda salir de sí e ir al Otro.

Vilma Coccoz ,psicoanalista, miembro de la ELP y de la AMP y responsable del Observatorio Internacional de Políticas del Autismo de la AMP que guarda un compromiso especial con la película quiso subrayar varias cuestiones: La primera era que este documental era una “obra de arte inmensa”, con una poética especial, con sus cielos y sus puertas. Un abrir los ojos, por un lado para interesarse y por otro para despertar, pero no una mirada intrusiva. Una mirada que acompaña este lugar de vida. Como segundo punto quiso subrayar cómo vemos en acción, dentro del marco del psicoanálisis lacaniano, la manera de tratar las relaciones de los otros y con los cuerpos de estos niños , y la reflexión de cada caso que nos lleva a los controles, las sesiones clínicas ,las presentaciones..Aquí encontramos este marco sólido y a la vez abierto a la sorpresa y el hallazgo. Nos remite a una pregunta que le hacían Bernard Seynhaeve sobre cuál es el perfil para trabajar en Courtil , a la cual responde que “ no estar muy seguro de lo que se es” ; gente que puede tener cuatro títulos, con formación, pero no con una posición rígida. Continuaba Vilma Coccoz con un tercer aspecto del valor de este documental y que se articula con la importancia de documento clínico en este siglo XXI; la gran riqueza clínica que nos encontramos, por ejemplo en la escena que vemos en acto una alucinación y cómo, de qué manera se opera en ese momento y da cuenta de la formación de los operadores de Courtil. Y como cuarto punto hacia mención al reconocimiento enorme a Courtil, como referente en el mundo, que nos hacen partícipes de sus hallazgos de una práctica de orientación lacaniana en instituciones.

Por su parte, Julio González apuntaba al efecto nuevo que encontraba en esa película residía en el canto a la vida, en que transmite algo de la vida. Rescataba también una de las escenas en las que uno de los intervinientes le dice a un niño “no te puedo dejar así” y está ahí con su presencia y no le deja sólo; y a partir de ahí inventan lo que van a hacer y cómo van a resolver la situación.

Entre los asistentes también se encontraba el psicoanalista Luis Alba quién mencionó la alternancia de los planos y el montaje en ese trabajo de sintaxis pensado desde una cuestión ética más allá de la técnica.

Mónica Marín, coordinadora del SCFBI, hizo referencia al profundo respeto de los adultos por los niños, en un marco donde no se trata de amaestrar ni deformar. Un respeto que se puede articular desde el profundo conocimiento de la clínica psicoanalítica y de una buena formación.

Desde el público escuchamos también un testimonio que si bien comentaba que al principio del documental no entendía nada, a lo largo del recorrido rescataba una escena, la de una jornada del desayuno entre niños e intervinientes en Courtil, para ensalzar la posición del los buenos profesionales de esta institución.

Y desde la junta directiva de Teadir recogemos ese anhelo que formulaban de la siguiente manera: “también queremos eso; es nuestro objetivo, nuestra meta. Si en Bélgica tienen Courtil, aquí queremos nuestro baserri.”

Con este anhelo y los efectos que en cada uno produjo la película sobre esta invención en lo cotidiano, clausurábamos una jornada en la que se desprendía lo vivo de este encuentro y con el ánimo puesto a futuras y próximas colaboraciones entre los presentes.