(Referencia de la lección 1, «Producción de los cuatro discursos», del Seminario XVII, El reverso del psicoanálisis, de Jacques Lacan)

Felicidad Hernández*

Para hablar del objeto “a” como plus de goce hay que remitirse al Seminario XVI “De un Otro al otro”, que como dice el propio Lacan eligió este título “con el propósito de indicar las grandes referencias en torno de las cuales deben girar sus palabras ese año, palabras cruciales en la medida en que se trata de definir qué pasa con este discurso llamado psicoanalítico” (1).

Es tiempo en el que se está produciendo un viraje en su enseñanza. Lacan sigue queriendo dar cuenta de cuál es la relación del sujeto con el goce, y este Otro como cadena simbólica no lo resuelve, por lo que hace una reconceptualización a través de la lógica para introducir el goce en el campo del Otro. Es, como dice Miller: “una tentativa de formalizar, llevar a la lógica, las más oscuras investigaciones de Freud” (2). Es decir, la libido.

Se pueden situar dos tiempos distintos en Lacan en cuanto a la teorización de la relación al goce y de la relación al Otro.

En cuanto a las diversas versiones del objeto a, está el objeto como obstáculo (3). Los primeros obstáculos en la realización del sujeto, es decir para que el sujeto pueda encontrar la verdad de sí mismo en el Otro del lenguaje (la palabra particularizada que diga su ser) son los semejantes. a-a´. Es una imagen. Después hay una reducción de esta sucesión de pequeños otros al objeto a como objeto parcial. En el Seminario X se describe como una extracción corporal, del lado de la biología. S◊a.

Sin embargo en el Seminario XVI, Lacan va a conceptualizar el objeto como una consistencia lógica. “La consistencia lógica es como una función que el cuerpo debe satisfacer por diferentes extracciones corporales” (4).

Y en cuanto al Otro. En el primer tiempo había pasado por diferentes concepciones, lugar de la verdad, lugar del código, tesoro de los significantes, con la idea de que se podría decir la última palabra sobre el goce del sujeto; hasta producirse en 1960, en Subversión del sujeto con la construcción del grafo del deseo, un Otro incompleto, S(Ⱥ), esto es, el significante que falta en el campo del Otro, y es ahí, al lugar de esa falta que vendría el objeto a, como extracción corporal para decir el deseo del sujeto; hasta llegar en 1964, S. XI, a trabajarlo bajo los términos de alienación- separación, siendo la alienación la lógica de la relación al Otro, y la separación la relación al goce dando como resultado el objeto a.

Pero esto, nos dice Miller, ha girado sobre su eje, porque lo que Lacan va a afrontar ahora es la relación indecible al goce, indecible porque aún no ha accedido a la relación al Otro, al significante. Si el sujeto surge en relación al goce indecible no se puede escribir de entrada -este sujeto- más que como una x en su relación al goce, siendo después donde surge ya un sujeto capturado en la relación significante (5).

Dicho de otra manera, primero es el Uno del goce, después es el Otro del significante.

Goce indecible, entonces, goce autista del cuerpo. O como lo nombra en este seminario, goce informe.

¿Cómo hacerlo pasar al orden significante?

El encuentro con el lenguaje, su entrada en él supone una renuncia, una pérdida de goce fundante, ya que acceder al encuentro con el S1 que produce y a la vez mortifica el goce, abre a la búsqueda de una significación.

Pero en esta operación permanece algo vivo, que no queda bajo el régimen de lo simbólico, un resto, un plus que no puede ser capturado por los S2 que se encadenan. No hay palabra para decir el goce, el Otro no responde porque no hay saber sexual en el Otro, es inconsistente. En el Otro hay un agujero de goce.

Lacan hace una homología con el concepto marxista de plusvalía para situar la manera en que se trata de recuperar el goce perdido.

La plusvalía proviene de la idea de que el trabajo humano es el único bien económico que produce más valor que su propia magnitud de valor, la plusvalía existe porque el trabajador trabaja más tiempo del necesario para producir un bien con valor de uso. Midiendo el tiempo de trabajo en términos monetarios, multiplicado por las horas laborales menos las horas que se necesita para producir un bien, esas horas trabajadas de más, producen un plus que el trabajador pierde, pero que el capitalista recupera en forma de beneficio económico.

Pues bien, el inconsciente es el trabajador que trabaja la cadena significante para producir sentido, es decir para encontrar una respuesta en el Otro. Este trabajo, que supone ya una pérdida de goce, produce un plus al producir el agujero mismo en el Otro. Este agujero es el propio objeto “a” como función lógica, una letra. Será el nombre de la pérdida, el lugar de esa pérdida, y será en ese lugar vacío donde la materia del goce en juego para cada uno, oral, anal, escópica, invocante, se insertará y obtendrá la forma del objeto “a”.

Esto será el discurso del Amo, que es la forma de discurso del inconsciente, S1 – S2, que da como resultado un sujeto, y que produce el objeto.

Es la manera en que se reintegra el goce a la estructura significante, pero no como goce, sino como plus de goce, ya que el goce informe es antes de la defensa del sujeto.

 

Notas:

(1) Lacan J.: Seminario XVI “De un Otro al otro”, Buenos Aires, Paidós, pág. 11
(2) Miller J.-A.: Una lectura del Seminario De un Otro al otro” Freudiana 57, pág. 9
(3) Ibid., Freudiana 53, pág. 11
(4) Ibid., pág 11
(5) Ibid., Freudiana 57, pág. 10

 

* Trabajo presentado en la clase del 17 de diciembre de 2016 del Seminario del Campo Freudiano de Bilbao, Curso 2016 – 2017, dedicado al Seminario 17, El reverso del psicoanálisis, de Jacques Lacan