(Referencia del apartado III “Con Freud”, de «De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis», en Escritos 2 , de Jacques Lacan)

MIKEL ARRANZ*

 

Este artículo data de 1953 y fue publicado en “The psychoanalytical Quarterly, Vol. XX11, Nº3, New york, 1953.”. Ida y su hijo Richard, traducirán en 1955 las Memorias de Schreber al inglés.

Sobre Ida: Nació en Nuremberg en 1899, doctorada en medicina, trabajó en el psiquiátrico Lancashire. A la muerte de su marido emigra a Londres donde comienza en 1928 su trabajo en psicoanálisis, enrolándose en la Ego Psychology y la escuela psicosomática. Dedicó su obra analítica a la trasferencia, la psicosomática y la psicosis. Al final de su vida abandona el psicoanálisis y centra su carrera en la historia de la medicina y la psiquiatría. (2)*

En el artículo la autora plantea insuficiente el conflicto libidinal homosexual para explicar el delirio de Schreber. Señala como el propio Freud desestima el factor de la homosexualidad para explicar la esquizofrenia. Siendo éste un caso de parafrenia, “estado mixto” , si quedaría por medio de éste conflicto definido el origen del lado paranoico, no así el esquizofrénico.

Por otro lado, considera que Freud, tomando la enfermedad desde el estudio de las neurosis, como “neurosis narcisista”, explicó el conflicto solo a nivel genital; esto es, mediante el Edipo invertido, mediante el cual el juez cumplía su fantasía de acoplamiento gracias a los símbolos sustitutivos del padre “Flechsig, el Sol, Dios”.

Sosteniéndose en la mitología, la analista plantea que dichos símbolos tienen un carácter ambisexual, no homosexual. Indica que Freud no ahonda en los síntomas hipocondriacos. Para él la hipocondría era “una verdadera neurosis” en la que no hay punto de ataque para el psicoanálisis, los síntomas no tienen significado. Me resulta interesante esa concepción: “verdadera neurosis”. Ida en cambio interpreta esos síntomas como fantasías de embarazo en la esquizofrenia. La fantasía de convertirse en mujer sería 2ª.

Cuando Schreber explica como “el orden de las cosas demanda la emasculación”, Freud piensa en el delirio como construcción a partir de la libido homosexual que permite la elaboración del Edipo invertido, por medio de la superación del ” desorden de cosas” que sería su castración. Para Ida en cambio es la fantasía de procreación y la desdiferenciación sexual la que choca con el orden de cosas y la realidad. Es decir, para la autora del artículo, Schreber está loco por ser un hombre y querer parir, lo cual no es realista. La duda fundamental respecto de la identidad sexual sería entonces una característica común de los esquizofrénicos y la expresión psicótica procuraría equilibrar éste desequilibrio.

La autora terminará el artículo defendiendo el síntoma psicosomático de la hipocondría como la brecha a través de la cual pasan las fantasías inconscientes. Para ella son síntomas originados por mecanismos psicóticos y que se podrían presentar en neuróticos, psicóticos o normales.

Opino que atendiendo al mismo artículo con los comentarios de Ida, podemos leer un Freud más ocupado de la dinámica pulsional que del pathos. El deliro de Schreber sería entonces la salida más digna que encuentra el enfermo al complejo edípico y de castración. En cambio Ida se ocupa de señalar el origen de la esquizofrenia, que sitúa en fantasías poco realistas. El movimiento de observación de Ida me recuerda al del psiquiatra clásico Magnan que con su concepción nosológica del “delirio crónico”, fue muy preciso en su descripción, pero al señalar el origen de la locura en sus imágenes clínicas se vio abocado a las teorías de la degeneración. Y es que precisamente si usamos una clínica preformada, estática, pre-edípica, una para todos los esquizofrénicos; no importa la cantidad o belleza de las imágenes, pues estas solo serán objeto de la mirada del clínico, muerte del sujeto.

Con Freud es más difícil imaginarse a Schreber, todo está en movimientos, hay energía, hay vida. Hay que pararse a leerle si quieres captar algo pero nunca terminas de verle hasta el final, cuando se presenta como la mujer de Dios con su misión en el mundo; el sujeto de Schreber es freudiano, cumple sus fantasías.

 

 

1* La reseña está basada en la traducción del artículo de la Revista Uruguaya de Psicoanálisis, del que disponen en el enlace:
http://www.apuruguay.org/apurevista/1960/168872471963050404.pdf

2* Tienen un artículo sobre la biografía de Ida Macalpine publicado en: Introducción y discusión de las Memorias de un Neurópata, Eolia, Barcelona, 1993. Silvia Elena Tendlarz. París, enero de 1993. Enlace:
http://www.silviaelenatendlarz.com/index.php?file=Articulos/Experiencia-analitica/Introduccion-y-discusion-a-las-memorias-de-un-neuropata.html

 

 


* Trabajo presentado en la clase del 20 de octubre de 2018 de la Antena Clínica de Bilbao, Curso 2017 – 2018, dedicado a «De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis», en Escritos 2 , de Jacques Lacan